Encrucijada de mestizajes, por Antonio Arroyo Silva

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La poesía de Galán es eminentemente urbana, una poesía en crisis para unos tiempos en crisis. Además es una poesía insular que parte del extrañamiento lorquiano ante la gran urbe que es Nueva York, a la crítica social, la defensa de los valores humanos y el más crudo sarcasmo ante aquellos valores no ya en decadencia, sino que nunca existieron, como el tan aireado sueño americano o el victimismo característico de la República Dominicana, sobre todo en lo referente a la vida cultural oficialista.

Tomás Modesto, aquel poema tuyo que parece un rechinar de dientes, no por el rechinar en sí, sino por ese movimiento que los convoca a la fila del pelotón a la hora de la mordida daka-daka-daka metralleta del disparo, treinta y dos dientes por segundo a la yugular, treinta y dos dientes proyectados a la conciencia. ¿Me tocará a mí, te tocará a ti, le tocará al mismo Tomás Modesto su poder corrosivo, masticador que de pronto pasa de la boca al esófago de la poesía y después al estómago, a los intestinos y, por último, a la sala luminosa de los poderosos en forma de mierda? Mierda por mierda que nos hacen tragar, Tomás Modesto. Mierda de tomar acta surrealista del estado de un cadáver y tener que alzar el cráneo de Yorik de la tumba y ahora New York es una ciudad de miles de cadáveres de la República Dominicana que vagan por las Avenidas como zombies olvidando las instrucciones de que aquí no pasa nada y que la patria protege a los poetas hijos, amigos, apesebrados de los próceres y desteje a los muertos de hambre que elevan jitanjáforas que sus ancestros africanos traían en la memoria del tambor de guerra: daka-daka, tus dientes; daka-daka, los dientes del poema; daka-daka, el tambor, la metralla y después el chasquido.

Se me ha asignado la feliz y complicada tarea de llevar a cabo una antología de la vasta obra de este poeta dominicano llamado Tomás Modesto Galán que abarca al menos 19 poemarios, algunos de los cuales permanece parcialmente inéditos. Una aventura poética y humana que comenzó en 1983 y termina (de momento) en este año 2019, entre Nueva York y su media isla que es la República Dominicana. Tomas Modesto Galán, escritor dominicano de la generación del 70. Reside en Nueva York desde el 1986. Ostenta el DEA, diploma de suficiencia investigativa, recibido al final de un proyecto de Doctorado en filología Hispánica de la UNED de Madrid. Hizo Maestría en Educación Superior en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Terminó otra en Educación, Lingüística y Literatura en el Centro de Estudios de la Educación y el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (CEDE-INTEC).

En Nueva York trabaja en varios recintos de City University of New York (CUNY) y en Pace University. Actualmente enseña en York College. Fue coordinador cultural del Comisionado Dominicano de Cultura en USA (2004-2008), donde codirigió el taller literario Nosotros Contamos y las publicaciones del boletín cultural Puente. Es coordinador cultural y Comisionado de la Feria Literaria Latinoamericana Libro Abierto, programa del Bronx Hispanic Festival.

Fue miembro del Movimiento Cultural Universitario (UASD, R.D.) y del equipo de escritores del Bronx Council on the Arts (NY). Sus primeros escritos aparecieron publicados en los suplementos literarios de los periódicos: La Noticia, Hoy y en Artes y Letras (Rep. Dom.).

En cuanto a los poemas seleccionados para esta antología titulada Góngora en motoconcho. Antología esencial, 1983-2021,  representativa de la poética de Tomás Modesto Galán, he de indicar, en primer lugar, que nuestro poeta domina muchos registros formales (verso libre, poema en prosa, prosa poética, intertextualidad, etc.) y expresivos como el mestizaje entre la poesía culta y el habla popular dominicana. Muestra de esto es la aparición de términos de la lengua inglesa, no como un hecho intelectual, sino porque Tomás lleva conviviendo más de tres décadas con dicha lengua debido a sus circunstancias  laborales arriba expresadas. La poesía de Tomás Modesto es una encrucijada de mestizajes, pues al de su memoria de antillano insular se superponen otras memorias de su país de residencia.

La poesía de Galán es eminentemente urbana, una poesía en crisis para unos tiempos en crisis. Además es una poesía insular que parte del extrañamiento lorquiano ante la gran urbe que es Nueva York, a la crítica social, la defensa de los valores humanos y el más crudo sarcasmo ante aquellos valores no ya en decadencia, sino que nunca existieron, como el tan aireado sueño americano o el victimismo característico de la República Dominicana, sobre todo en lo referente a la vida cultural oficialista. No hay fronteras para Tomás Modesto Galán ni físicas ni expresivas, ni siquiera en cuanto a los géneros literarios. Siempre más allá de los límites. Ni siquiera asume las fronteras de los clichés, su digamos registro social, por ejemplo está plagado de imágenes que entroncan más bien el surrealismo y el expresionismo alemán que con los estereotipos típicos del género.

En el presente volumen se recogen poemas de los libros Cenizas al viento, Diario de caverna, Cuaderno de inmigrantes I y II, El perfume de Bowling Green, Odisea del tiempo, El arca inmóvil, Poemas del primer día, Poemas revueltos, Amor en bicicleta y otros poemas, El reino de las cosas, Canto a la ciudad que nos habita, Alkaseltzer, Evangelio desechable, Cementerio Sonámbulo, Daka Daka Daka, La isla infinita de los lollipops y El payaso perverso. Todos estos poemarios fueron escritos en su mayoría en Nueva York y algunos en Santo Domingo.

Equipo de Redacción

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