El dolor no tiene dueño; por Guillermo de Jorge
Con un tono entre aquel dichoso el árbol que es apenas sensitivo, de Darío y el por doler me duele hasta el aliento, de Miguel Hernández, Guillermo de Jorge, que es ante todo poeta, pero también un activista de primera fila, desgrana y desvela el cuerpo del dolor humano que es un hecho que pertenece a toda la ser viviente. De ahí la empatía que debería existir ante dicho dolor, hecho que no se produce.