Una semana, una poeta: Olga Rivero Jordán; por Fran Picón

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Comenzamos la semana con la poesía de Olga Rivero Jordán.

Fotografía de Olga Rivero Jordán. Fuente: Biblioteca de Canarias

Olga Rivero Jordán

La Laguna, Tenerife (1928-2021) De formación autodidacta, fueron claves sus visitas cotidianas a la biblioteca del Instituto de Canarias. Entre sus antecedentes familiares se encuentra el lingüista y literato José de Anchieta. Su padre, Luis Rivero, primer teniente alcalde del Ayuntamiento de La Laguna, fue preso gubernativo hasta su liberación, realizó trabajos forzados, pasó por la prisión de Fyffes y se le incautaron varias fincas y propiedades, lo que marcó sensiblemente a su familia.

Obras: Los zapatos del mundo (1982); Las llamas rápidas de la sangre (1995); Girándula (1993); La imaginista de sueños (2003); La ciudad soñada (2003); Poesía inédita 1977-2004 (2004), que contiene cinco poemarios: La piel del bosqueSolo de siluetasPoemas a los cuadros de una exposición de Grecy AmoresLenguas de lluvia y Esgrima de espejos; la trilogía El sentir de la hogueraHiladora de luz y Mares (publicada en 2006) y Memoria azul (2009).

Sus obras han sido atendidas por eminentes escritores como Isaac de Vega o Carlos Pinto Grote, ambos Premios Canarias de Literatura. Además de Pérez Só, Freddy Crescente, Antonio Arroyo Silva, Juan José Delgado, Antonio Jiménez, Roberto Cabrera, Jorge Rodríguez Padrón y Daniel María, que trabaja actualmente en la edición del último libro inédito de la escritora.

En 2018, la Asociación Tinerfeña de Escritores le concede el Premio Victorina Bridoux de las Letras al conjunto de su obra. (1)

(1) Información obtenida de la web Constelación de Escritoras Canarias

Poemas

Escándalo

Mi voz te sigue por encima de tu sombra
tus pasos también aletean
al inicio del descorche,
la seda cae a los precipicios de mis pies,
como mariposas cosquillean
en el centro de tu redondel de escarlata.
A media luz tu encarnizado chapoteo
de lácteas venas que te gritan aturdidas.
Es mejor rociar las carnes,
tenderlas vencidas
y que lleguen a ellas
los nervios calientes de un cauce de luz.
Punzante herida
que penetra el éxtasis
rebosan de hinchados labios
sus burbujeos lamen histéricos rincones,
se adentran en cunetas de espasmos.
Dulce siempre,
no mermaré los deseos,
ellos están ahí,
en el gemido.


Oscura imagen

Mi oscura imagen trasbordo
apura el talismán cristalino
las mareas
la sal satisface mi lengua
hervida la antorcha
se guisarán los sabores
sobre el aparador
la vela describe
olores sacrílegos.
No más beber el alba toda blanca
navega el humo pernicioso
agota la vocal o único universo
ante el difamador diabólico.

De Esgrima de espejos (2002) incluido en Poesía inédita (1977-2004) [2004]


Silencio

No sé si hubo
palabras,
un escalofrío de placer
inundó el parque
lleno de serpentinas,
también tembló
tu voz.
Y de tanto reírse
la tarde
cayeron los astros
de mi traje roto.

Equipo de Redacción

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