Una semana, un poeta: Manuel José Arce

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Manuel José Leonardo Arce Leal (1935-1985), poeta y dramaturgo guatemalteco, refleja en su obra el compromiso con la justicia y la creatividad, abordando las injusticias políticas y el amor por su patria.

Manuel José Leonardo Arce Leal. Poeta y dramaturgo. guatemalteco. Imagen tomada de EcuRed y enlazada en Fuente.

Sobre Manuel José Arce

Manuel José Leonardo Arce Leal (1935-1985), destacado poeta y dramaturgo guatemalteco, fue una voz prominente en la cultura de su país. Su obra, profundamente intensa, abordó las atrocidades políticas de Guatemala, lo que lo llevó al exilio en Francia en la década de 1980. Autor de obras teatrales como «Diálogo del gordo y el flaco con una rocola» y «Delito condena y ejecución de una gallina», también dejó un legado poético notable, reflejando su amor y añoranza por su patria. Su contribución literaria fue reconocida con varios premios centroamericanos y su legado perdura a través de sus escritos.

Biografía:

Manuel José Leonardo Arce Leal. Poeta y dramaturgo guatemalteco . Fue una de las voces altas de la cultura guatemalteca. Fundamentalmente poeta, cultivó también con éxito el teatro. La intensidad y la profundidad de su obra lo llevaron a obtener importantes premios centroamericanos.

Nació en Ciudad de Guatemala en 1935.

Autor de de numerosas obras de teatro, de las cuales no menos de doce fueron puestas en escena. Entre las principales están: Dialogo del gordo y el flaco con una rocola, El gato murió de Histeria, Delito condena y ejecución de una gallina, Compermiso, Sebastian sale de compras y Torotumbo, adaptación de la novela de Miguel Angel Asturias, estrenada en París.

La Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA) publicó sus mejores obras bajo el título de Obras de Teatro Grotesco.

Su actitud poética ante la vida lo hizo denunciar las atrocidades de la violencia del sistema político nacional, así que tuvo que viajar al exilio a principios de 1980 cuando grupos antidemocráticos lo amenazaron de muerte. Debió salir de su país para exiliarse en Francia por las constantes amenazas de parte del régimen de Lucas García. Desde allí escribió unos duros poemas en contra del gobierno de Guatemala, publicados después de su muerte. Lejos de su patria siente la nostalgia donde observa como la tierra es bella pese a que no es la suya. Su canto se ve nostálgico, donde el sentimiento del buen poeta traslada las imágenes para que queden plasmadas en versos magníficos.

Llevaba muy dentro de sí ese olor a tierra morena de su bella patria guatemalteca. Su Canto a Guatemala -estos poemas son los últimos que creó-, su lejanía del país, no le quitó ese amor que dejó escrito con el sentimiento de un hombre que entretejía poemas, como creativo que era. Se queja del dolor de estar lejos de su patria, una bella patria, de la que el flagelo de la opresión lo hizo alejarse.»

En la década de los cincuenta retornó a Guatemala y de inmediato incursionó en diversas actividades intelectuales. Publicó colaboraciones en diversos medios de prensa escrita como El Imparcial, Diario de Centroamérica, Nuevo Mundo, Novedades, La Hora, La Semana, Qué pasa calabaza, y particularmente del Diario El Gráfico, en donde fue jefe de Redacción y de su columna de opinión Diario de un escribiente.

Falleció de un cáncer de pulmón, en el exilio, en 1985 en Francia. Recibió muchos honores, como el de la Casa de la Cultura de Albí, cuya sala lleva su nombre.

Fuente: EcuRed

POEMAS

Amor, si fueras aire y respirarte

Y si fueras, Amor, vino y beberte.
Si fueras sombra para no perderte.
si fueras camino y caminarte.
Amor, fueras cantar para cantarte.
Fueras hilo en mis manos y tejerte.
Que mi alimento fueras y comerte.
Si fueras tierra, Amor, para labrarte.
Si fueras para más que para amarte:
Amor, Amor, Amor, si fueras muerte.

Hola

Tú, que vienes caminando
desde el fondo de mi vida;
que traes como bandera
la música de tu risa;
tú que en tus ojos escondes
lo que mi alma necesita;
tú, que en mi pecho has vivido
por años como dormida
y hoy me despiertas de golpe
hasta que no da cabida
mi pequeño corazón
para esta explosión de dicha.
Eres el río al que quise
ponerle diques un día.
Hoy que subió tu corriente
ya no hay diques que resistan.
En la casa de mi pecho,
en mi sueño y mi vigilia,
en las calles de mis manos,
en la ciudad de mis días,
en la patria de mis pasos
y en el país de mi vida
ven, entra y manda: es tu reino,
tu victoria, tu conquista.

Paisaje

Igual que las antenas de los televisores
tiendo a veces mis brazos para captar tu imagen.
Frío árbol de aluminio,
Y voy por la ciudad buscándote,
llamándote,
auscultando uno a uno los canales del viento.
Se me llenan los ojos de anuncios y señales,
de violencias ajenas, de misterios vulgares.
Pero tú no apareces.
Igual que las antenas de los televisores
tiendo mis fríos brazos de aluminio
en todas direcciones
para ver si te encuentro.
Abro mi pecho acústico para oír tus palabras
que lleguen por mis brazos
al corazón sonoro.
Pero tu voz no llega.
¿Dónde estás?
¿Por dónde pasa el río tembloroso de tu imagen?
¿Dónde estás?
No te encuentro. No capto
tu huella de luciérnagas.
Y me quedo en la noche
igual que las antenas de los televisores,
con mis rígidos brazos como árbol de aluminio.

Si sólo pudiera verte

Si sólo pudiera verte
y sólo escuchar tu risa.

Si sólo fuera la brisa
que en tu pelo se divierte.

Si sólo fuera el inerte
ladrillo que tu pie pisa

o el agua que se desliza
sobre ti sin conocerte.

Si sólo fuera el no verte,
mas sin la muerte y la prisa.


Equipo de Redacción

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