Temblando de miedo tras la lectura de “Gris oscuro tirando a negro” de Josefa Molina

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En esta nueva entrega Elena Villamandos nos presenta «Gris oscuro tirando a negro» el último libro publicado por la escritora galdense Josefa Molina.

Escrito por Elena Villamandos.

Gris oscuro tirando a negro es el último libro publicado por la escritora galdense, Josefa Molina, que reúne un total de treinta y dos cuentos. La obra que Pepa nos presenta se engloba dentro de lo que podríamos calificar como género de terror, específicamente del subgénero de terror psicológico. Con ciertos tintes también de realismo sucio, estas piezas se dibujan desde la mirada de los propios personajes, desde la experiencia interna de quien protagoniza la historia; lo que provoca en el lector la sensación de estar moviéndose y actuando en la propia narración, participando muy estrechamente en el relato. Esto concluye en un ir de la mano de sus personajes; la mayor parte psicópatas, asesinos, delirantes, o bien de la de sus propias víctimas, viviendo con enorme empatía todos los sucesos. El resultado es un efecto muy positivo y a la vez muy difícil de conseguir en este género: la distancia moral. Al lector no se le obliga a tomar parte ética respecto a lo que lee, el lector solo lo experimenta con la libertad que la ficción le propone. Por este motivo te sorprendes en ocasiones sonriendo, pues algunas de estas espeluznantes ocurrencias se nos han pasado por la mente a más de uno o una y Pepa, aquí, ha tenido la genialidad de plasmarlas en el papel. La autora ahonda así en lo profundo de nuestras psiques para mostrarnos el lado más sombrío y siniestro de nosotros mismos. Una oscuridad que no nos es ajena y cuyos códigos reconoceremos perfectamente entre sus líneas.

Muchos de estos cuentos están narrados en primera persona y, de usar la tercera, está tan mimetizada con la mente del personaje que no parece realmente existir fuera de él. Lo que observa el personaje, lo que piensa, lo que dice, todo le sirve a Pepa como materia prima para hilar este conjunto de narraciones con la atmósfera de intriga, sordidez y suntuosidad macabra con la que lo hace. Eso sí, sin faltarle un toque de sarcasmo en muchas de ellas, sarcasmo, por otro lado, que es un sello personal de la autora, haciéndonos ver que, al final, en el papel todo cabe mientras sea creíble. Es decir, que se trata de ficción y que en ella podemos mezclar el terror con la ironía siempre y cuando la fórmula sea lo suficientemente verosímil, haciendo de la lectura un ingenio divertido, un mecanismo perfecto donde todo es posible, incluso el humor más gris, gris oscuro tirando a negro, de ahí su título.

Estos contrastes le sirven a Pepa para, tal y como ya dije, plasmar su sello personal. El efecto es un giro del terror a lo cotidiano que transgrede los patrones clásicos que caracteriza a este tipo de literatura y es ahí donde aludimos al realismo sucio pues, en ocasiones, la línea divisoria entre el hecho cotidiano, comúnmente normalizado, y el acontecimiento macabro, no está tan clara y se apoya únicamente en un gesto, o en un diálogo o en un monólogo interior, dejando al lector decidir en qué medida es más o menos monstruoso el suceso.

Encontramos en estas piezas a muchos sociópatas y nos crea cierta perturbación el saber que no son tan descabellados, es decir, pueden existir realmente y estar entre nosotros y de hecho así sucede. De hecho, nosotros mismos, a veces, somos sociópatas, pues no hay nada aquí que nos resulte tan descabellado. Lo que hace a estos relatos definirse como terror no es tanto lo que se imagina o desea el personaje en un momento dado sino el hecho de que, finalmente, sea capaz de perpetrarlo. En este sentido poseen lo que toda buena historia debe poseer y es eso que yo llamo el carácter de universalidad ya que alcanza el inconsciente colectivo y aflora en nosotros mismos lo que Jung definía como los arquetipos.

Hay mucho personaje adolescente y niño, psicópatas en potencia desde su más tierna infancia, como es el caso de los cuentos La navaja de nácar o El tercer día. También hay primeras personas en voces de menores que observan cómo los adultos consuman sus asesinatos. Menores víctimas de la violencia de los adultos o que ellos mismos la ejercen. La violencia se efectúa, sobre todo, en el ámbito familiar; otro aspecto más del realismo sucio, tal y como sucede en la no ficción, por eso resulta tan creíble.

En estos cuentos existe una dicotomía entre la víctima y el malvado. En algunos, sin embargo, esta dicotomía es difusa pues, aunque los actos necesitan de una víctima, esta también se muestra con sus claro oscuros. Rasgo de ambigüedad que hace muy atractiva la obra.

En cuanto a las influencias que señalaría del séptimo arte, veo claramente algunas similitudes con el cine de Hitcock, al que no le faltaba cierto sentido del humor por muy descarnada que fuese la trama, por ejemplo, en cuentos como Modesto, un hombre tranquilo o La ciega. También con el cine de Tarantino; esa manera tan cruda de mostrarnos la sangre en situaciones algo absurdas y disparatadas, como en el cuento de Reglas del Juego. Los cuentos de La empresa o el de TOC me han traído reminiscencias de Alex de la Iglesia.

Pepa coloca al protagonista en la escena y nos narra lo que acontece desde el presente, proyectando el pensamiento del personaje a la par que este actúa. Esto se ve claramente en cuentos como Sor Justina, en La promesa o en La misión. Es una apuesta muy arriesgada al alejarse de esta manera del tiempo en pasado, el que evoca sucesos que acontecieron, trabajando en un presente donde el personaje nos describe lo que hace y por qué lo hace y la voz narrativa le acompaña como si fuese una cámara de cine con la única finalidad de mostrárnoslo.

Por otro lado, se percibe su idea de que la sociopatía es casi un aprendizaje, algo que se forja con la educación familiar y en las relaciones intrafamiliares. En muchos de estos cuentos muestra cómo las mayores manifestaciones de psicopatía se dan en la esfera del hogar, las mayores y las primeras, por lo que da la sensación de que la monstruosidad tiene su cuna más temprana entre las paredes de la propia casa.

Los relatos están maravillosamente acompañados de las ilustraciones de Eugenio Aguiar, el cual ha sabido plasmar, con su plumilla, la perturbadora atmósfera que nos representa.

Por último, hay que decir que, como broche de oro, los relatos están maravillosamente acompañados de las ilustraciones de Eugenio Aguiar, el cual ha sabido plasmar, con su plumilla, la perturbadora atmósfera que nos representa. Además, añadir, como colofón y no menos importante para una completa experiencia lectora, que el libro está estupendamente editado por Mercurio Editorial en un formato de bolsillo muy cómodo para llevar, abrir y ojear en cualquier lugar en que te encuentres; si te atreves, claro. ¡Uy, qué miedo!


Elena Villamandos González

Narradora y poeta. Ganadora del premio de relato corto “Isaac de Vega”, año 1996, con el cuento “Trazos interrumpidos” y del Premio de cuentos “Ciudad de Santa Cruz de Tenerife”, año 2000, con el conjunto de relatos “Curiosas Ataduras”. Primera finalista del III Certamen Internacional de poesía “Mujer y madre” convocado por la Asociación de Escritores de Asturias, año 2020.

Autora de los siguientes libros: la novela “Pasajeros del tiempo” (1ª edición Editorial Seleer, 2014; 2ª edición Editorial Punto Rojo Libros, 2016; 3ª edición Editorial Escritura entre las nubes, 2018); y los poemarios: “Poética y Vida” (Escritura entre las nubes, 2017) y “Egipto” (Escritura entre las nubes, 2019).

Algunas de sus piezas han sido recogidas en diversas antologías de microrrelatos y de poesía: “Pluma, tinta y papel”, “Universo de libros”, “Perdone que no me calle” “Mujeres 88. Antología de poetas canarias”, “Antología lorquiana 2018-2019. Tomo III”, “Antología para un aquelarre”, “San Borondón. Un viaje literario”, “Microfantabulosas”, “El dulce ron que las embriaga” y “52 voces para el universo”. Incluida en varios libros de investigación y análisis de la literatura en Canarias, tales como “Escritoras en su estudio” y “Antología de 100 escritoras canarias”.

Imparte talleres de creación literaria para adultos en distintos espacios y actualmente dirige el taller de lectura dramatizada en la Biblioteca Pública del Estado de Santa Cruz de Tenerife. Jurado del XV Certamen Relatos Breves Mujeres 2020 y 2021 y del certamen “Juventud y Cultura” 2021-2022. Incluida en el programa Escritores desvelados puesto en marcha por la Biblioteca Pública del Estado de Santa Cruz de Tenerife con el fin de difundir y promocionar a autoras y autores del Archipiélago canario. Incluida también en el programa “Audioteca de Literatura Canaria Actual” con el cuento “Con acento en la e” impulsado y promovido por el Gobierno de Canarias a través de Canarias Cultura en Red y en el proyecto “Semillas literarias” de la AMULL-Asociación de Alumnos y Exalumnos del Programa Universitario de Mayores de La Universidad de La Laguna.

Equipo de Redacción

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