“Mujeres, sus tragedias y algunas alegrías”, de Miriam Luz Terrero, por Angélica Guzmán Reque

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Angélica Guzmán Reque reseña la obra “Mujeres, sus tragedias y algunas alegrías”, de Miriam Luz Terrero (Colección Digital de Microficción Femenina Breves y contundentes, Editorial BGR)

Para liberarse, la mujer debe sentirse libre, no para rivalizar con los hombres, sino libre en sus capacidades y personalidad”

Indira Gandhi

La obra Mujeres, sus tragedias y algunas alegrías de Miriam Luz Terrero Ramírez contienen una serie de cuentos trágicos, con tinte de denuncia social en favor de la mujer maltratada, oprimida, víctima de la incomprensión del varón y del machismo, de aquel que no se entiende si tuvo o no una madre que lo amamantó con amor y dolor.

Se dice que el feminismo hizo posible que se dictaran leyes en favor de los derechos de igualdad entre estos dos seres: mujer y hombre, pero en muchos países aun persiste la desigualdad y las injusticias prosiguen en el mundo. Las leyes tan desiguales, quién o quiénes las redactaron en favor del varón y de sus diabólicas determinaciones. Parece no entenderse que la mujer es también un ser humano y merece respeto, no golpes, peor maltrato. ¿Por qué las leyes no permiten que la mujer se defienda y pueda tener los mismos derechos y defenderse con el mismo ímpetu conque la maltratan? La mujer debe desarrollar ese instinto de supervivencia, de defensa, no permitir que la humillen. “Soy una sombra de mí misma, una marioneta víctima de un sistema que adora a las vacas y odia a sus mujeres.”

Los usos y costumbres que rigen en ciertas culturas son incomprensibles para la vida de una mujer. solo considerada como un objeto de procreación, si tiene suerte, de lo contrario solo se dedicará a la prostitución, porque no hay otra forma de sobrevivir. Se le niega la escuela, el aprendizaje, no puede aspirar a nada más que al capricho del varón que la utilizará mientras su edad se lo permita, luego será cambiada y abandonada cruelmente, sin derechos a nada, salvo la de criar hijos, también abandonados. “Al final un hombre de otra aldea me ofreció algo de dinero; había otros, pero me parecían sucios y viejos. El hambre me estaba consumiendo; tenía que sobrevivir.”

El amor no tiene límites, no tiene edad, está libre de prejuicios, solo importa el amar y ser amada. Qué puede importar una mirada curiosa o un rictus de contrariedad, si, el color de la piel del ser amado lo soluciona todo y da el calor necesario de la vida que siente y ama ¿No puede haber fuerza ni poder cuando el amor bulle y es único. “Te has casado conmigo contra todo pronóstico, hasta te enviaron lejos para que me olvidaras. Sé que la gente habla y duda que puedas quererme, pero sé que es auténtico lo que sientes por mí. Nada pudo con ese amor que llevamos tatuado en el alma.”

El olvido debe ser la negación absoluta de la existencia, solo estar ahí sin saber quién eres, dónde estás, qué debes hacer, qué hiciste ayer, quiénes te acompañan, no saber si fueron o no parte de tu vida y cómo. El olvido de tu vida, el olvido de tu existencia, de tu niñez, de tus recuerdos, tus alegrías, deseos, momentos de vivencias que marcan tu existencia, los amigos con los que compartes penas y alegrías. Lo vemos desde lejos, porque la persona que lo sufre no lo siente, ni sabe quién es: “Tengo tanto miedo de olvidar los rostros de aquellos que han sido importantes. Pero soy consciente de que no puedo enfrentarme a la memoria, su victoria sería aplastante porque me situaría justo en el momento en que lo habría olvidado todo. / Anoche soñé algo que no recuerdo pero que era bonito, sí, soñaba que recordaba.”

La mujer es un símbolo de sufrimiento y el mundo no lo quiere ver así porque, todavía lo dirigen. lo gobiernan los hombres y no permiten que sea la mujer, quien tenga opción en lugares clave, desde donde podría cambiar el mundo y el de las mujeres. ¿Por qué, se permite que la mujer sea maltratada y no pueda tener la libertad de manejar su propia vida? La maldad y el machismo se cunde por el mundo, como si fuera pólvora de maldad, pero la mujer, todavía tiene cerradas las puertas de la libertad. Es satisfactorio ver y leer cuando la mujer se independiza y triunfa, aun en orfandad y doloroso camino de incomprensión: “¡No lo podía creer! Por fin podría comprar la máquina que tanto había deseado. Gracias a eso, monté un pequeño taller con la ayuda de tres de mis hijos y ahora confeccionamos algunos de los uniformes de los colegios de la capital, donde nos mudamos. ”

La discriminación por ser diferente, por nacer de rostro diferente, de padecer esas raras deformidades que nos hacen ver diferentes, ante los ojos de gente que desprecia, que es intolerante, sin darse cuenta el atroz sufrimiento que siente la persona que lo sufre sin ser responsable de lo que le pasa: “Y no pedía que llenaran el camino de rosas para que yo pasara, no, sólo quería que me vieran como el ser humano que soy, alguien que siente y padece como los demás, alguien con sueños que, de seguro, no se cumplirán, pero que lucha cada día por ser mejor. Soy Porfiria y lo único que deseo es tu empatía, porque, aunque mi enfermedad es rara, yo soy normal y corriente.”

El maltrato femenino de años y años parecería no tener fin, las culturas en el mundo no lo entienden, no comprenden el dolor de la mujer que sufre vejámenes y maltrato físico, mental y psicológico. No hay leyes que la amparen y solo la castigan con el olvido y la dilación de casos patéticos, sin comprender, menos socorrer: “Ella no comprendió el cambio; de ser un hombre amoroso y atento, pasó a ser un maltratador que llegó a quemarle la piel con una colilla Pero, ¿acaso no eran todos culpables? Nadie impidió que me moliera a palos y ahora lo lamentan, pensó.”

Vivimos en un mundo de contrariedades, aceptamos algunos absurdos de vida y otros los vituperamos, a veces ensalzamos, otras criticamos. Hay organismos en que la naturaleza parece equivocarse y el ser vive un sufrimiento sin precedentes y quien debe entender y comprender es la familia para evitar un sufrimiento de por vida: “A partir de entonces entendí que, si no ponía todas mis fuerzas en conocerme y aceptarme, mi camino estaría empedrado de inconformidades y de sueños sin cumplir. (…) A los dieciséis años inicié mi tránsito social y me mostré tal cual me sentía, como una chica. Fue la decisión más importante de mi vida, porque, aunque definirme como mujer me hizo iniciar una larga batalla contra el sistema, supuso un antes y un después en mi existencia.”

Son muchos otros cuentos de denuncia que contiene este hermoso libro que debía ser leído por hombres y mujeres, para llamar la atención, para poder erradicar la discriminación en los derechos de la mujer, jamás debía olvidarse que el desarrollo y la continuidad de la humanidad depende de la mujer y el hombre, que ambos juegan el papel preponderante en la familia y la sociedad que es continuidad de vida de la humanidad: “¿Hasta cuándo durará esta guerra contra las mujeres? No sólo debemos enfrentarnos a un régimen machista y absurdo que diariamente nos pisotea, y que nos arrebata a seres queridos, también somos víctimas del escrutinio de nuestros maridos y familiares y en algunos casos de otras mujeres. (…) Mis fantasías me llevan a ese día en que me visto con una falda muy corta, una blusa que deja poco a la imaginación y tacones rojos a juego con mi labial. Qué bonito sería si no sólo tuviéramos la libertad de soñar.”

Ángela Davis, activista política del movimiento feminista negro y su lucha por la igualdad de género y la justicia social, dice: “No estoy aceptando las cosas que no puedo cambiar, estoy cambiando las cosas que no puedo aceptar”.

Equipo de Redacción

1 pensamiento sobre ““Mujeres, sus tragedias y algunas alegrías”, de Miriam Luz Terrero, por Angélica Guzmán Reque

  1. Estoy leyendo el libro de Mirian terrero Ramírez nadie me dirá a quien querer estoy atrapada con el relato la trama y k es el días a días k pasa lamentablemente en nuestras sociedad

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