“POESÍA CIENTÍFICA”: OPPENHEIMER

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Un poema de José Antonio Buil dedicado a la figura de Oppenheimer.

Se acaba de estrenar en las salas de cine de nuestro país la esperada película “Oppenheimer”, del director británico-estadounidense Cristopher Nolan, sobre la vida de este físico teórico y su participación en el proyecto Manhattan que dio a luz a la primera bomba atómica este siglo pasado.
No es frecuente, pero tampoco excepcional que la poesía se ocupe de estos temas en algún momento, y en este caso hallamos un claro y revelador ejemplo –casi proléptico diría yo- en uno de los poemas del libro escrito a dos manos por Emili Rodríguez- Bernabeu y José Antonio Buil, “POESÍA CIENTÍFICA”, publicado por la Universidad de Alicante en 2018. En este libro encontramos un poema de Buil dedicado a la figura de Robert Oppenheimer titulado “Desierto de Alamogordo”, lugar en el que se llevó a cabo la prueba de la detonación de la bomba en julio de 1945. Seguro que resultará interesante ver la película, seguro que también leer o releer el poemario y muy especialmente, en este caso, el poema de Buil.

DESIERTO DE ALAMOGORDO
(Nuevo México, 16 de julio de 1945)
Mitad era de avispa
y a medias de cowboy,
así la tentadora compostura
de Robert Oppenheimer.
La escena una pizarra
donde da testimonio de sus cálculos,
libra batallas de ecuaciones, mide
trayectorias y campos de neutrinos,
suma el impacto
de fuerzas nucleares,
su escala destructiva…
Hacia la madrugada, ya en el búnker,
contempla la extensa aridez del valle
–que ahora se le llama
la zona de White Sands–
poco antes de la detonación
estelar y cegadora,
al tiempo que musita
las temibles palabras de Visnú:
“Ahora me he convertido en la muerte,
el destructor de mundos…”

José Antonio Buil Aína (Zaragoza, 1955), médico de profesión, es doctor en Medicina por la Universidad Miguel Hernández desde 1997 y ha desarrollado la mayor parte de su quehacer profesional en el ámbito de la salud pública. Sus poemarios publicados son: Pudor en Piscis (1992, primer premio IX Certamen Nacional de Poesía Ciudad de Callosa), Tiempo de excava (1994, segundo premio del III Certamen Internacional de Poesía Gerardo Diego), Poemas desde la frontera (1999, Premio Nacional de poesía José Luis Hidalgo de Torrelavega, Cantabria, en 1998), Nada en común (Premio Nacional de Poesía Rodrigo de Cota en 2000, en la XXVI edición de los Premios Ciudad de Toledo; publicado en 2014), Ad infinitum (accésit al VIII Premio Internacional de Poesía Luys Santamarina Ciudad de Cieza en 2003; publicado en 2005), Extravío, poemas y divagaciones (2008), Poesía científica (2018, en coautoría con Emili Rodríguez-Bernabeu, en edición bilingüe) y Primeras manchas (2021).

Emili Rodríguez-Bernabeu (Alicante, 1940) es cardiólogo y escritor español en valenciano.​ Se inició en la poesía componiendo en valenciano durante su época de estudiante en Medicina en Valencia. Empieza a escribir poesía formando parte del grupo de poetas que editaría la antología Poetas universitarios valencianos (1962). De este periodo son los libros Poemes de la fi (1964) y La platja, Premio Valencia de Literatura-Poesía el 1965. Después de La platja, se observa en el autor un cierto acercamiento hacia el realismo civil con La ciutat de la platja (Premio Ausiàs March de poesía 1971, Gandía) y La catacumba (1974). El poeta vuelve a Alicante, lejos de los ambientes literarios valencianos, lo que le empuja a promover como jurado comprometido la eclosión de la nueva generación poética valenciana de los 70 en el Primer Premio Vicent Andrés Estellés de la Edicions Tres i Quatre (1973), y después publica Migjorn. Poesia jove de les comarques del Sud del País Valencià (1977), donde aparecen por primera vez algunos nombres importantes de la poesía valenciana actual. Después de un largo periodo de reflexión creativa, publica Viatge al teu nom (1982), con unos planteamientos diferentes a los de épocas anteriores. Inaugura una nueva época con libros como Teoria del Somni (1988), Domini del sol (1990), El rostre de l’amant (1992), Escandinàvia (1996), Alacant (1998), que culminará en Dring (2000), con que ganó el premio Vicent Andrés Estellés de Burjasot en 1999. Pero la actividad literaria de Emili Rodríguez-Bernabeu no se limita a la poesía, la crítica y el ensayo ideológico forman parte importando de su obra. La crítica se concreta en artículos y comentarios publicados en revistas especializadas. En cuanto al ensayo destacan de temática general «Noticia literaria de Alicante» publicado en la Revista de Cataluña (num. 53), y de temática poética «Introducció a l’Obra Poètica de Joan Valls», «Antologia poètica de Joan Valls», «L’obra literària d’Emili Boils», «Maria Ibars i Ibars, innovació o continuïtat», entre otros muchos. Esta tarea crítica empujará al Departamento de Literatura Catalana de la Universidad de Alicante nombrarlo profesor colaborador honorífico. Con la obra Alacant contra València ganó el premio Carles Rahola de ensayo de Gerona en 1993. La relación entre la ciencia y la literatura es otra temática recurrente en las reflexiones de Rodríguez-Bernabeu, obras como «Ciència i literatura» (L’illa, núm. 15), «La clonació humana, el mite de Narcís i Roís de Corella» (Avui, 1997) o el poemario que hoy tratamos son claros ejemplos.

Equipo de Redacción

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