La primavera

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¡La primavera ha vuelto a GAFE y trae consigo más que solo flores! 🌿 Descubre cómo esta estación despierta la poesía y los pequeños milagros en el jardín de Antonio Arroyo Silva, un oasis de creatividad y convivencia inesperada. ¿Listo para una dosis de naturaleza, poesía y sorpresas primaverales? 🐦💐

Otra primavera para GAFE (creo que ya van cuatro) y todo sigue floreciendo, como era de esperar. No es momento de contarles cosas nefastas para esta estación. Me quedo con mi deseo gafe de que ojalá algunos y algunas revienten; pero me lo dejo para mí y, seguro, ustedes, lectores, no se van a extrañar de que lo exprese. Algo de eso les rondará por la mente.
Aunque, bien pensado, como gafe que soy debería hablar mal de algunos hechos para que salieran bien. Precisamente es por otros hechos consabidos que quiero que salgan bien para que se gafen.
La primavera ha venido/ nadie sabe cómo ha sido, decía el gran Antonio Machado en unos versos que a mí particularmente me repelen, lo cual no quita que siga admirando el resto de su obra, no por los motivos del común sino por mucho más. En fin, decía don Antonio que nadie sabe cómo ha sido. La verdad, yo, en Canarias, tampoco lo sé: un poco de frío sobre los diez grados, un poco de viento, un poco de lluvia, algún catarro…. Eso fue un refresco para aquel terrible calor del pasado verano. En fin, Proserpina dicen que vuelve, pero ya estaba por aquí con su maleta llena de flores, sus pajaritos volando alrededor de su cabeza y la de algunos poetas flautistas. Y también algunos pajarracos que se afilan el pico.
El jardín de la casa donde vivo parece un oasis en medio de la desolación del mundo. Todo tipo de flores, papayeros, limoneros, pimientas piconas y hasta pájaros de todo tipo. Ese es mi taller de poesía, el único posible. Hace unos años mi cuñado se dedicaba a cazar pajaritos para freírlos o hacer sopa. Dejaba alpiste disperso en lo alto de un tejado de zinc y, cuando se acercaban a comer, bang. Ahora, al cabo del tiempo se le ve sentado bajo el papayero compartiendo una papaya con un capirote. La primavera trae el florecimiento y también milagros de esta clase.
Por cierto, mi cuñado me dice que cuando me haga rico y famoso con esto de la poesía quiere que le dé una parte de mis ganancias, pues buena cosecha he sacado de su jardín. Yo le digo que me espere sentado compartiendo papayas con su amigo el capirote, mientras yo comparto mis escritos a todo el resto de los seres vivientes o, al menos, a los que me quieran leer. Bendito mi cuñado que sabe de poesía, aunque no la escriba.


Antonio Arroyo Silva

Jefe de redacción

Equipo de Redacción

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