Con cerca de catorce años de diferencia entre el primer poema y el último de esta selección, las voces, imágenes, registros y tonos poéticos se nutren de un tiempo primigenio e inmemorial que da cuenta de cómo se experimenta el amor, el dolor y la injusticia dentro del universo femenino. Este se torna enraízado en la profundidad de la tierra como cuerpo y matriz femenina y se erige sobre aguas vivas donde la fugacidad destellante del amor se vuelve inmarcesible. Así, este universo en el que conviven múltiples mundos femeninos y que representan al ser mujer de modo diverso, como cuerpo contiene, por ejemplo, ser el germen y el canal de la Vida y también el ser creador de formas sentipensantes para habitar nuevos mundos que se bifurquen de la violencia patriarcal. En este sentido, el habitar otros modos de convivencia invita a no continuar perpetuando el ser hijas e hijos de la violencia y en definitiva, pueda tener lugar el nacimiento del amor y la creación de un “tiempo de girasoles”.