“Epos” de Christina Ramalho; por Angélica Guzmán Reque

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Angélica Guzmán Reque nos reseña para Gafeinfo la obra de Christina Ramalho, «Epos»

He aprendido que la gente olvidará lo que dijiste, la gente olvidará lo que hiciste, pero la gente nunca olvidará cómo los hiciste sentir”

Maya Angelou

La escritora Cristina Ramalho, presenta su obra Epos, o microrrelatos, con los que se introduce al mundo de personajes de la epopeya clásica. La palabra Epos, es el origen del término Epopeya y es que los cuentos aluden a personajes del arte de la literatura, o son bíblicos e, incluso históricos. Son ficciones que nos invitan a leer personajes caracterizados desde la reflexión de la voz literaria.

La obra está relatada en cuatro idiomas: portugués, inglés, francés y español. En esta ocasión, la reseña se hace desde la lengua española.

Anchieta es el nombre de una ciudad brasilera que fuera fundada por un jesuita que evangelizó aquella región. Los indígenas, siguieron fielmente al jesuita Anchieta y aprendieron la religión cristiana, pero no aprendieron la santidad, solo reservada para unos, no para todos. Desde la ironía la autora expresa: “Los indígenas, sentados a sus pies, aprendieron los caminos del abandono de sí mismos y se convirtieron en actores del Gran Teatro de la Conversión. Anchieta se convirtió en santo. Los indígenas, no.

Cuando sobreviene la muerte, la fuerza y el arrojo ponen punto final al heroísmo, Andrómaca, esposa de Héctor, uno de los grandes héroes griegos, quien sucumbe en la guerra y con él, sucumbe toda una tradición de su Pueblo, La fuerza y el empeño de ella no tiene la misma fuerza de los dos. Haciendo eco del significado de su nombre, lucha contra el mal de la guerra: “Y era. En el cuerpo muerto del hombre, las letras de un nuevo destino, con otros cuerpos y otras muertes. La rueda girando sin control, y la fuerza de la lucha impresa en su nombre incapaz de luchar.”

Todo, en nuestro mundo tiene un principio, así el nombre de Aurora, viene a significar un origen, un inicio, un comienzo y el arte, no escapa a este principio. En el caso de una poeta puede nacer entre las páginas de un libro, las palabras de otro escritor, pero siempre entre palabras, libros que tienen un lugar común, cual es una biblioteca: “Nunca había encajado en las prisiones del tiempo. Se había casado con la poesía en la biblioteca de su difunto padre. Le quedaba vivir, como testigo, el sentir del mundo. Hasta que se convirtió en el personaje principal de la trama que perseguía.

El mundo literario tiene su propio diccionario de expresiones metafóricas y de nombres que conforman un mundo singular y único, La autora ha indagado aquellas nominaciones que le han dado lugar a nuevas e interesantes significaciones, como el nombre de Beatriz, célebre mujer que le sirvió a Dante para conformar uno de los pasajes de su gran obra: La divina comedia, es la del paraíso, para celebrar este nombre, como digna figura del amor puro y eterno, para la autora: “flotaba como un ángel entre las palabras pecado, arrepentimiento y perdón. Verla de nuevo requería la dolorosa zambullida en el Leteo y la conciencia de que el pasado ya no cabía en el mundo. En aquel mundo de candelabros y revelaciones. En Paraíso, Beatriz tenía la piel de los ángeles. Si bien no tiene la piel de los ángeles, pero es digna de esa pureza de amor.

No podía faltar la historia, aquella no siempre grata para los ojos y la mente de muchos, de los que habitamos esta parte del mundo, nuestra América. Aquella conquista para algunos y encuentro, para otros. Aún no se ha escrito la última palabra y la historia flota en el espacio de quienes mantienen la duda histórica de qué hubiera pasado si no se la descubrí.

Lo que sucedió con la intervención de Cortés, en la conquista de México: “A Bernal Díaz del Castillo siempre le temblaban las manos al recordar la Conquista. En el espejo de la memoria, las imágenes de Dios, del hombre y del héroe se confundían como se confunden las líneas de la historia hasta hoy. El soldado, ahora casi ciego y devorado por el tiempo, supo que estaba inscrito en la carne de México. También sabía que habría perros ladrando en su tumba.”

La historia ha sellado páginas de seres humanos que pasaron a la historia por sus hazañas, unas de gloria, otras sangrientas que constan en volúmenes que son tesoros de vivencias que brillan en estantes resguardados como constancia y conocimiento de generaciones posteriores, tal es el caso de Rodrigo Díaz de Vivar, apodado El Cid (Mi Señor), personaje que, también figura en páginas literarias, como la de El Cid Capeador, y es figura emblemática de las artes de la guerra, como también de la ficción literaria: “Entre el odio y el exilio, Rodrigo Díaz de Vivar tomó las manos de Jimena y le dijo que regresaría. /Sostuvo las riendas de su caballo Babieca, vistió las ropas del coraje y de la virtud y conquistó la mayor de las batallas: la inmortalidad.”

Mitos y leyendas son el origen de la historia de los pueblos, en cuyas páginas encontramos relatos verosímiles o inverosímiles, fantásticos, trágicos, sangrientos, muchas veces, como es el mito alemán de Los Nibelungos. El personaje principal Crimilda o Cremilda, es un ser irreconciliable que vengará la muerte de su hijo, con la decapitación de reyes feroces: “La bella Cremilda tenía miedo de casarse. No le gustaba la idea de sufrir. /Más tarde, en el éxtasis de su venganza, decapitó a Gunther y luego a Hagen. Sostenía cada cabeza como un trofeo. De sus manos brotó la sangre de una historia de amor, traición y muerte. Al final, ella misma fue decapitada. /Ante el horror, Atila, su segundo marido, no lloró.” Cual sería la crueldad de una mujer que, hasta el feroz Atila se asombró.

¿Quién es Eva? un nombre bíblico, la primera mujer de la creación, de la misma manera, la primera mujer rebelde, la inconforme, la desobediencia a la norma, al mandato, la que no admite lo prohibido, la que puede doblegar una voluntad, conforme a su capricho o la búsqueda de la verdad: “Y luego se convirtió simplemente en una “mujer sin Edén”. Inicialmente arrastrada por la culpa, pasó por las asperezas de los acontecimientos recientes. Un hecho mayor, sin embargo, anuló todo. Dios quería a Adán para sí mismo. Salir del Edén fue, en este sentido, el descubrimiento de la libertad.”

La mujer, signo de belleza y poder, éste es el atributo que se le confiere en la historia, lo mismo que en el arte de la literatura. La belleza y, casi la perfección es atractiva, codiciada, es como esos broqueles de protección contra la adversidad y, este mismo accionar, la ponen frente a la traición, la maledicencia varonil. Ahí la historia griega ha sembrado sus páginas con la historia de una nefasta guerra, cutos inicios remontan a la belleza y traición de una mujer: Helena: “Era la más hermosa entre las flores carnívoras del deseo. Siendo única, aun así, se multiplicó, porque siempre cabía en la gula de otros que la devoraban a pesar de su voluntad. Su hambre, nunca revelada, se cubrió de un sinfín de historias, de las que ella siempre fue protagonista. Si estaba o no realmente en la trama. Su nombre fue tragado por la boca del mundo, y nunca pudo decir, después de todo, quién ella era.”

Tabaré, es el título de la novela escrita en verso por Juan Zorrilla de San Martín, donde se narra un amor increíble entre Tabaré, un indio charrúa y la hija de un militar español. Un amor descrito con una emotiva sinceridad de amor surgido entre dos seres de razas diferentes, pero del sentido del amor que no conoce límites, menos discursos raciales: “Mientras llevaba a Blanca en sus brazos, Tabaré fue alcanzado por la espada de Gonzalo. No hubo tiempo para contar cómo había salvado a Blanca de la violación. No hubo tiempo de volver a mostrar su sumisión. / Cuando Blanca se despertó, cuando abrió tus ojos azules de blanca seducción, su héroe era un cadáver. El último de los románticos en el infame contexto de la colonización.”

Amigo lector, la limitación de espacio no permite seguir con el análisis de muchos más cuentos, tan interesantes como los que acabo de presentar, ahí está la obra, seguro que te apasionará seguir con la lectura de todos, que son maravillosos. La escritora Mexicana Ángeles Mastretta, expresa: “La vida valdrá la pena mientras haya en el mundo seres capaces de hacer magia cuando profesan una pasión” .

Equipo de Redacción

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