Una orfandad de cuatro madres, por Iván Cabrera Cartaya
Como cualquiera, hijos de muchas sangres y viajes azarosos, tanto a los mejicanos como a los canarios, la historia y su dinamismo conflictivo nos impuso, tras la conquista castellana y su panoplia de cruces y espadas, madrastras fatales contra las que crecimos desconsolados y a la intemperie, huérfanos de cualquier afecto y reconocimiento: la Malinche (Malintzín, Malinalli, Tenepal o “doña Marina”) y Beatriz de Bobadilla, la intérprete náhuatl, políglota, consejera y esclava de Cortés, y “la cazadora”, la esposa de Hernán Peraza “el joven”, la posible amante de Fernando el Católico y de Cristóbal Colón…