“Nacida del musgo”, de Esther María Santiago García; por Angélica Guzmán Reque

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Angélica Guzmán Reque reseña para Gafe.info “Nacida del musgo”, de Esther María Santiago García (Colección Digital de Microficción Femenina Breves y contundentes, Editora BGR)

La vida debe ser comprendida hacia atrás. Pero vivida hacia adelante”

Seren Asbvs Kierkegaard

La autora del libro Nacida del musgo, Esther María Santiago García, confiere al musgo, (una pequeña planta verde sin flores que crece donde hay humedad y en distintos lugares y espacios), como la vida humana que, esté donde esté, vive y puede o no disfrutar de ese espacio que el destino le situó. Son reflexiones desde distintos ejemplos o situaciones de vida, donde todos estamos involucrados.

Así, el ser humano, que en lugar de hablar ladra, igual a su perro, El ser humano que se deja llevar por la ira y, en lugar de dialogar, solo gruñe y profiere palabras que no son claras, peor coherentes. Parece ser que, hoy los perros son más dóciles y se comportan como fuimos los seres humanos. Ya no sabemos lo que pensamos y hacemos, ¿Cuál de ellas estaba más enajenada; la señora del perro o la mujer que no pensó con razón: “Volví a meterme en el coche con el corazón a mil por hora y a duras penas logré arrancar el motor para salir huyendo de allí. Solo cuando llegué a casa y me hube tranquilizado, me di cuenta de que la anciana bien podría haber soltado la correa de la mano escuálida con la que la sujetaba si hubiera querido, o si se le hubiera pasado por la cabeza. No sé si pensar eso me tranquilizó o hizo mi terror más profundo, lo que sí sé es que me cambiaré de gimnasio.”

La incomprensión de las personas, la falta de solidaridad, de amor al ser, que se cree indefenso y se pueda manejar a través de fármacos, cuando en realidad lo único que necesitan es un poco de amor y compasión: “De verdad, no te entiendo, no sé por qué te niegas a ayudarte, me dices con tu típica voz de decepción. Yo frunzo los labios con fuerza y me abrazo a mí misma, mientras niego con la cabeza. Soy yo la que no entiendo por qué la gente, en lugar de quererme, que es lo que puede ayudarme, solo quieren empastillarme.”

La indiferencia y el maltrato sufrido desde la infancia despiertan sentimientos de culpa o de efervescente venganza que, necesariamente tiene consecuencias catastróficas, que son contempladas con total indiferencia, aquella que le enseñaron desde niña: “Ahora todo arde. Arde como yo he ardido. Lo contemplo desde mi escondrijo. Pero el interrogante sigue abierto, sangrante. Los chillidos de la gente y las luces de las llamas siguen sin resolver el misterio. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué lo hicieron?

Ser el molde que uno quiere ser o el que quieren imponer los otros. Ir moldeando el carácter y la forma que se quiere vean los demás. El espejo es el mejor crítico que se tiene muy cerca. Sin embargo qué sucede cuando, después de un trabajo arduo se consigue el propósito, será el molde que, particularmente se deseaba?Llegó el punto en que, a base de podarse a sí misma, logró encajar en la sociedad y alcanzar un éxito moderado. El resultado fue que, por las mañanas, al mirarse a sí misma en el espejo del baño tenía que reprimir un grito de pánico, porque ya le era imposible recordar cuál había sido su estado natural, si es que alguna vez había existido dicho estado.

Las generaciones van de camino, no cesan, se reponen, y todo lo que fue vuelve y las actitudes, las palabras, los quehaceres se repiten de generación en generación, unas más antes que otras; otros más evolucionados que otros, pero la esencia, el origen lleva la semilla:

“Cuando descubrió que la vida no nos es dada como un regalo, sino como una deuda, en lugar de hacer regalos a su madre por el día de las madres, empezó a hacerle llegar cartas de reclamación.”

El tiempo y los descalabros que se viven por el mundo y la insensatez de la especie humana, no deja lugar para sentirse completamente feliz y gozar de momentos, cuando por el mundo vive el horror de su propia destrucción: “La guerra de Ucrania. La masacre. Las familias rotas. Los desplazados. Me apresuro a saltar el anuncio antes de que el rimmel no logre teñir una realidad que se presenta inquietante, antes de que el eyeliner no logre dar exotismo a una mirada en la que ya no brilla la diversión, sino que ha sido opacada por la tristeza de la historia y sus horrores, que siempre se repiten.”

“Ser o no ser”, dice Hamlet, no se puede representar una comedia si no se está de acuerdo con el tema propuesto, aunque la lucha y los desacuerdos no cesan, sin embargo no se puede abandonar los principios, aquellos que proporcionan felicidad y bienestar, porque lo impuesto, solo produce desgano y no desarrollo; de alguna manera seguir los principios asume la conquista de la ansiada libertad de ser: “Mi abuela no pudo reprimir una carcajada ante aquel alegato y, por un momento, vi en su mirada de corderito amansado por los años un brillo travieso de aquel cordero malo que ella también había querido ser, que tal vez nunca había dejado de ser del todo.”

“Vibrar alto”, significa poseer energías dotadas de saber que se puede conseguir una ilusión que es factible a los intereses particulares y a la posibilidad de triunfar con lo soñado y anhelado. El camino elegido no siempre es llano, puede tener obstáculos apremiantes, pero saber que ya se llegó a la meta deseada, será el triunfo definitivo. Alejarse de elementos negativos será el mejor camino a seguir: “Sin esperar a ver su respuesta cogí mis cosas y me fui de aquel intento de escuela que despreciaba el saber y se había entregado al pensamiento irracional y a las pseuterapias. Mientras me dirigí al coche experimenté lo que esa loca del New Age llamaría “vibrar alto”.”

La circularidad de la vida se manifiesta mejor en la naturaleza, ella es inflexible en su determinación porque los débiles desaparecen dando espacio a los más fuertes y, así, de manera interminable, el mundo es para las especies más fuertes, más resistentes y los grandes se nutren de los más chicos: “En la etapa final de la infección, el alienado insecto escala el tallo de una planta y se fija a ella con sus mandíbulas, tal vez tratando de aferrarse a la vida, pero en vano. El hongo siempre mata a la hormiga, y brota de su cabeza preparado para reproducirse por esporas que infectaran a nuevas hormigas, reiniciando el ciclo.”

Amigo lector son muchos más los cuentos que iluminarán el sendero de la esperanza. La lectura abre esos caminos. Nos dice el escritor meritorio y gran pensador Rabindranath Tagore: “Qué pequeña eres brizna de hierba. Sí, pero tengo toda la Tierra a mis pies”. Gracias.

Equipo de Redacción

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