Entrevista a la editora Lidia López Miguel

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Sumergirse en la perspectiva de Lidia López Miguel es adentrarse en el mundo editorial con una mirada aguda y comprometida. En una conversación con Belén Mateos, la fundadora de Lastura Ediciones, Lidia revela los desafíos y las esperanzas que rodean a las mujeres en la literatura española contemporánea. Desde la lucha por la paridad hasta la necesidad de redefinir el papel del hombre en la erradicación del machismo, su voz resuena con pasión y determinación en un universo donde las letras desafían las convenciones.

La editora Lidia López Miguel

Lidia López Miguel. Foto: Ana Orantes Fernández
Fotografía: Ana Orantes Fernández

Y desde la perspectiva de editora, también. Sigue habiendo un profundo machismo en el sector de la industria editorial. A mí aún me siguen preguntando por mi jefe cuando llaman por teléfono o cuando viene un comercial a una feria. Es tremendo. En alguna ocasión he contestado “estás hablando con la puta ama”, ¿de verdad es tan difícil asumir que en el siglo XXI hay empresas creadas y dirigidas por mujeres?

Lidia López Miguel

Lidia López Miguel es una mujer empoderada, entregada al mundo del libro, a la educación social, a la Cultura en letras mayúsculas, a construir paredes donde antes solo había muros, a esa maravillosa locura de publicar poemarios, obras de narrativa, teatro y ensayo en infantil, junto a su compañera Ana Orantes.

Apasionada de la literatura, ha apostado por fundar una editorial como es Lastura Ediciones, un proyecto mimado hasta lo más infinito de las letras, hasta esa independencia que lo hace único y auténtico, creando colecciones en las que el ser humano evolucione de manera completamente inesperada.

Cree en el cambio y va por él.

Entrevista

– ¿Qué significa ser mujer en el momento actual?

Pues, como todo, depende de dónde te encuentres y de cuál sea tu situación en el mundo. En mi aquí y mi ahora supone tener un sinfín de posibilidades y al mismo tiempo estar siempre bandeando la inestabilidad. También supone estar demostrando siempre tu valía y tus capacidades y es agotador.

– ¿Y en la literatura? ¿La paridad existe o es una coartada?

Desde luego que no. Y yo creo que la paridad no la miden ni siquiera el número de autoras publicadas. Siempre destaco ante esta pregunta los poquísimos manuscritos que recibimos de mujeres en comparación con los manuscritos de hombres.

E, incluso, la diferencia en el tono de la presentación. Con qué seguridad presentan sus libros unos y con qué inseguridad lo hacen generalmente ellas. Todavía hay mucho camino por recorrer.

Y desde la perspectiva de editora, también. Sigue habiendo un profundo machismo en el sector de la industria editorial. A mí aún me siguen preguntando por mi jefe cuando llaman por teléfono o cuando viene un comercial a una feria. Es tremendo. En alguna ocasión he contestado “estás hablando con la puta ama”, ¿de verdad es tan difícil asumir que en el siglo XXI hay empresas creadas y dirigidas por mujeres?

– ¿Qué le pedirías al hombre para colaborar en esa lucha contra el patriarcado y ese machismo que sigue siendo impronta en las entrañas de nuestra cultura.

Que se revisen mucho, que acudan a talleres de nuevas masculinidades, que lean a muchas mujeres, que vean mucho cine y teatro dirigido por mujeres, que escuchen a las mujeres de sus familias, que se interesen por sus historias, que hablen con sus amigas y se revisen sus acciones… cuando se den cuenta de que el patriarcado también les ahoga a ellos, reaccionarán y juntos quizás seamos capaces de cambiarlo todo.

– Hace diez años desde tu debut como editora. ¿Cómo ha cambiado tu vida, tu esencia, ante la literatura?

Bueno, creo que aún se mantiene esa llama de la ilusión inicial cada vez que nace un proyecto nuevo y todavía sentimos nervios al abrir la caja con los primeros ejemplares de un libro. El día que no me pase eso, tendré que pensar en seguir otros caminos. En estos diez años han sido muchos los aprendizajes, ha habido sinsabores y hemos aprendido de ellos, claro, pero en general creo que el camino ha sido muy bonito. Intentaremos que siga siéndolo.

– Estamos saturados de manuscritos pendientes en busca de ser publicados, y ello es bueno para la cultura. ¿Cuál es la apuesta ante la recepción de tantos trabajos como te llegan, incluso antes de abrirla?

La verdad es que hay más libros de los que las editoriales podemos asumir para su publicación. Y no me refiero a libros malos, me refiero a obras buenas que literalmente no podemos asumir.

Los costes de publicación cada vez son más elevados y el mercado cada vez está más saturado de títulos, la mayoría provenientes de los dos grandes grupos editoriales de este país, lo que complica mucho la actividad de las pequeñas que ven muy mermadas sus posibilidades de tener un hueco en el mercado.

La situación es inasumible y al final somos las editoriales pequeñas las que estamos haciendo el esfuerzo de tirar con lo mínimo que nos permite sobrevivir para no seguir alimentando esta burbuja sinsentido.

Sobre las apuestas, en Lastura estamos ahora mismo con el objetivo de aumentar y dar mayor empaque a nuestra colección de ensayo sobre cuestiones literarias, también a la colección de teatro.

En nuestra colección bandera, que es la de poesía, hemos reducido ya desde el año pasado un 50% el ritmo de publicación porque hay tantísimo libro de poesía en el mercado que los libros apenas tienen unas semanas de vida en las librerías, así que preferimos apostar por menos títulos, pero más.

– Hay una amplia gama de sexualidades e identidades. ¿Cuáles serían tus siglas, las letras, las emociones para ellas? O, quizá, ¿el estado ideal sería aquel en el que no fuera necesaria ninguna etiqueta para definir a ninguna persona?

Yo soy una mujer cisgénero con una expresión de género femenina y con ello me siento representada, con todo lo que conlleva y significa, es decir, soy lo que la sociedad espera que sea. O al menos lo sería si no fuera porque no soy heterosexual y además tengo un cuerpo gordo no normativo.

El género como constructo social debería desaparecer. Por supuesto que estoy a favor de la abolición de género, pero creo que es algo complejo de realizar en la práctica porque esta construcción está anclada en un sistema capitalista-patriarcal que no podemos abolir con las armas que tenemos actualmente. ¿Por dónde empezamos?

– La identidad de género describe el sentido interno de una persona, más allá de la rancia clasificación binaria de género. ¿En qué medida hoy en día se tiene inclusivo este concepto?

Creo que poco a poco se va abriendo camino la idea de que existen personas que no se ven representadas en el binomio mujer/hombre.

Han existido siempre y han vivido siempre en las sociedades ocultándose bajo identidades que no eran las suyas. Como pasa con todo lo que se sale de lo “tradicionalmente impuesto”, el proceso de asimilación social es costoso y muchas veces doloroso para las personas que se sientes excluidas del sistema, pero ya hay ciertos ámbitos, especialmente los académicos, los culturales y los relacionados con el feminismo y la diversidad en los que el no binarismo es algo que ya no es motivo de cuestionamiento.

– ¿Elegiste ser editora por vocación?

En mi caso se ha ido haciendo vocacional con el paso del tiempo y ahora no sabría hacer otra cosa. Siempre me he considerado periodista por vocación, es lo que estudié y a lo que dediqué mis primeros años de vida laboral.

Sin embargo, pronto me di cuenta de que el mundo del periodismo era complicado para dedicarse de manera exclusiva a él y lo de venderse a ciertas líneas editoriales o tener que rendir pleitesía a los clientes publicitarios por un sueldo más o menos fijo nunca ha ido con mi forma de entender el mundo, así que lo tenía complicado.

He de decir que fui feliz el tiempo que duré trabajando de periodista y que lo echo de menos a ratos, pero ya no cambiaría mis labores editoriales por nada del mundo.

– ¿Cómo se vive, desde el punto de vista de editora, el mundo de las Ferias del Libro, encuentros, presentaciones y otras actividades que van de la mano de la literatura?

Creo que es la parte quizás más divertida y agradecida, cuando ya el fruto del trabajo está en la calle y es hora de entregárselo al público. El contacto con los lectores, sus preguntas, sus ganas de que les recomiendes, sus comentarios sobre las lecturas que ya han realizado es lo más emocionante. Al fin y al cabo, editamos y trabajamos para ellos, para que todo el mundo tenga un libro que le represente, que le de respuestas, que le cambie.

-Ya estamos terminando esta pequeña charla ¿quieres hablarnos de algo que no hayamos mencionado antes de darla por cerrada?

Pues darte las gracias, Belén, por tu paciencia y por darnos voz. Y mira, quizás este sea un buen sitio para decir: del río hasta el mar Palestina será libre.

Bienvenidos al espacio de Lastura donde un hilo rojo conecta al escritor con el lector, donde se reflexiona a través de la lectura y el aleteo de una sencilla mariposa provoca erupciones en el volcán de la palabra.

Lidia mujer poliédrica y dinámica, mujer con impulso, con el arraigo de su trayectoria editorial, mujer que hace una apuesta fuerte y comprometida por la sostenibilidad medioambiental.


Entrevista por:

Equipo de Redacción

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