Empezamos el día con Susana Hernández; por Esther Abellán
«De nuevo aquel flaqueo en la voz, un titubeo ligerísimo, casi imperceptible y sin embargo expuesto, como una nota disonante que estropea la sinfonía perfecta».

«De nuevo aquel flaqueo en la voz, un titubeo ligerísimo, casi imperceptible y sin embargo expuesto, como una nota disonante que estropea la sinfonía perfecta».