Una semana, una poeta

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Safo de Lesbos: la mujer silenciada

Safo de Lesbos fue una mujer silenciada por el tiempo, por la censura y por la historia. Forma parte, junto a otros hombres, de la lista de los nueve poetas líricos de Grecia, su importancia es indiscutible.

Safo de Lesbos: la mujer silenciada

Safo de Lesbos fue una mujer silenciada por el tiempo, por la censura y por la historia. Forma parte, junto a otros hombres, de la lista de los nueve poetas líricos de Grecia, su importancia es indiscutible.

Cuando pensamos en la Antigua Grecia, se nos vienen a la cabeza infinidad de nombres masculinos: Platón, Aristóteles, Sócrates, Epicuro, etc. Ya sea en política, filosofía, matemáticas o literatura, lo cierto es que son pocos los nombres femeninos que aparecen destacados; y no solo en Grecia, sino a lo largo de toda nuestra historia. Entre todos estos nombres de varón, aparece uno que brilla con luz propia: Safo de Lesbos.

Safo de Mitilene, Safo de Lesbos o, en ocasiones, simplemente Safo… Distintas variaciones para una sola mujer, una mujer cuya poesía nos ha llegado fragmentada, silenciada por el tiempo. Apenas conocemos datos sobre su vida, todo lo que sabemos de ella no son más que suposiciones extraídas de sus versos.

La poesía de Safo es una poesía totalmente femenina, donde todo aquello vinculado a lo varonil queda desterrado. Conservamos tan solo una mínima parte de toda su producción, pero la poesía de Safo es tan importante que incluso da nombre a un tipo de estrofa y verso: la estrofa sáfica y el verso sáfico.

Homosexualidad, feminidad, poesía y silencio… Su poesía sigue siendo a día de hoy silenciada, tanto por el tiempo como en las aulas. Y es que apenas se habla ya de Safo y no se recitan sus poemas. El silencio ha marcado la poesía de esta mujer cuya vida sigue envuelta en el misterio, en lo idílico e hipotético.

Su influencia fue tal que Platón llegó a catalogarla como la décima musa.

Perteneciente a la aristocracia, parece ser que fundó una escuela o círculo de mujeres conocido como “La casa de las musas”.

A diferencia de otros núcleos que preparaban a las jóvenes para el matrimonio, en la escuela de Safo, no se celebraba tanto la maternidad, sino el amor. Las mujeres no se veían únicamente relegadas a concebir hijos, sino que trataban de acercarse a la belleza, al placer del amor. Todo ello se verá reflejado en su poesía, algo que contrasta con la poesía masculina, destinada a héroes y a guerras.

La poesía de Safo se caracteriza por la perfección, por ser intimista y sentimental, en clara oposición a la poesía épica masculina.

Safo modificó el verso eolio y fue precursora de lo que hoy se conoce como estrofa sáfica y verso sáfico. La estrofa sáfica se compone de cuatro versos: tres endecasílabos sáficos y un pentasílabo adonio. Según el DRAE, el verso sáfico es: “en la poesía griega y latina, verso compuesto de once sílabas distribuidas en cinco pies”. Safo no solo revolucionó la temática de la poesía, sino que también fue innovadora en su forma.

Cuando hablamos de amor lésbico o amor sáfico estamos haciendo alusión a la propia Safo de Lesbos y, de ahí, su significado de “amor entre dos mujeres”. El amor fue uno de los gérmenes de su poesía, y también el motivo de su silencio.

Sin duda, Safo es una figura que, lejos de ser silenciada, merece ser recitada, celebrada y reivindicada como una mujer que, ya en la Antigüedad, logró vivir como quería, disfrutar del amor, de la poesía y de la compañía de sus alumnas.

POEMAS

LO INMUTABLE

Para las bellas

-para vosotras-

mi pensamiento

nunca es mudable.

HARÉ UNA CONFESIÓN

Haré una confesión:

amo lo que me acaricia

creo que el amor forma parte

del brillo

y la virtud del sol.

PLENITUD

Llegaste, hiciste bien -te buscaba con ansia-

refrescaste mi pecho que ardía de deseo.

SE HA OCULTADO LA LUNA

Se ha ocultado la luna

También las Pléyades

Es la media noche y las horas se van deslizando,

y yo duermo sola.

Equipo de Redacción

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