El ser humano parte de la base equivocada de querer ser mejor que “el otro”, cuando el único a quien se debe superar constantemente es “a uno mismo”. En ese camino de auto clasificación, los humanos llegan a la cosificación de sí mismos, por un lado, porque se miden y se pesan en relación al otro, y, por otro lado, porque aceptan sentirse superior o inferior al otro; sin percatarse que cada uno es, simplemente, único. Que somos todos individuos, palabra que proviene del latín “individŭus” que es indivisible o que no se puede dividir. Entonces, ser único es ser hermoso, bello y perfecto tal cual se es, sin necesidad de aceptar modismos o patrones de apariencia que cambian según el antojo del machismo patriarcal de turno.
En el relato TALLA GRANDE, la escritora Beatriz Giovanna Ramírez, a través de su personaje Carmen Rosa, hace un importante llamado a todas las mujeres, para que aumentemos nuestra autoestima y aceptemos nuestro cuerpo, muy al margen de los patrones sociales que nos imponen, y, despiadadamente destruyen las mentes y vidas de las personas que no encajan en los estereotipos.
Márcia Batista Ramos