Observatorio Internacional para la Defensa de los Derechos Humanos

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Nace el Observatorio Internacional para la Defensa de los Derechos Humanos, un organismo no estatal, sin ánimo de lucro, que afronta los nuevos y desafiantes retos de una sociedad distópica y polarizada que se enfrenta al auge de los extremismos y populismos ideológicos.

Guillermo de Jorge

El pasado mes de mayo se presentó oficialmente el Observatorio Internacional para la Defensa de los Derechos Humanos, una organización que tiene como fin ser una institución sin ánimo de lucro, laica, plural, diversa, no-violenta, no sexista, independiente de credos, partidos y empresas, comprometida con la difusión de las ideas, los principios, los valores, así como la observancia de su cumplimiento, de los contenidos en la letra y en el espíritu de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, los Principios de Yogyakarta, los Principios Ruggie, la Alianza de Cilivizaciones y textos concordantes.

El Observatorio Internacional para la Defensa de los Derechos Humanos, en su primera Gran Asamblea General celebrada el pasado doce de agosto del presente año estableció, como línea de trabajo principal para el cumplimiento de los fines propios para los que ha sido constituido, realizar cursos de formación y proyectos de índole cultural para crear el tejido social y cultural que quiere impulsar alrededor de la organización.

La Agenda 2030, el nuevo contexto mundial.

La Agenda 2030 es el nuevo contexto mundial. En primer lugar, porque apremia una gestión del medioambiente y un desarrollo de los pueblos sostenible. Y, en un segundo plano, porque las diferentes tensiones geopolíticas nos presentan un futuro incierto, donde de forma muy previsible, la escasez de recursos naturales y energéticos junto con la crisis económica, lastre a las sociedades occidentales -en menor medida- y a las que están en vías de desarrollo -en mayor proporción-. Todos estos factores influirán en el día a día de las diferentes sociedades de consumo, pudiéndose apreciar la carencia de derechos elementales, como el acceso a los alimentos de primera necesidad, viviendas dignas, educación de calidad y una sanidad mínima y universal, junto con la posible escasez de los derechos y libertades del individuo.

El contexto internacional y la realidad social ha hecho mucho más complicado ajustarse y avanzar hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Es por ello que, dentro del complejo marco nacional e internacional que ha surgido, debemos actuar ante las necesidades y exigencias que suponen las nuevas sociedades, en las que urge contribuir a la difusión y promoción de los principios y valores contenidos en la letra y el espíritu de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, mediante diferentes mecanismos que convidan al diálogo, la reflexión y a la convivencia del conjunto de la ciudadanía.

El contexto internacional y la realidad social ha hecho mucho más complicado ajustarse y avanzar hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ya que en el actual escenario mundial, la desaceleración del crecimiento económico, el crecimiento de la desigualdad y la casi nula respuesta ante la emergencia ambiental se ha alimentado una crisis social de los estados, incapaces de realizar reformas que trasciendan desde lo local hacia lo global, adaptando sus economías a las realidades de las diferentes y distintas familias y de la sociedad, en general.

Quizás, más que nunca, la responsabilidad y el compromiso lleva a que organizaciones e instituciones, como el Observatorio Internacional para la Defensa de los Derechos Humanos, impulsen una cultura de paz, de tolerancia, de respeto, de conocimiento y de reconocimiento recíproco entre personas, países, culturas, credos, clases y entidades de derecho; primando siempre el predominio de la palabra sobre cualquier forma de violencia. Haciendo necesario promover la pedagogía democrática y estimular la participación ciudadana en todos los ámbitos de la sociedad: observando, denunciando, debatiendo y proponiendo soluciones ante cualquier incumplimiento o violación de los derechos humanos; Estimulando el pensamiento crítico y favoreciendo el debate; Con la promoción de la transparencia en la gestión de las Instituciones Públicas, con la defensa de la separación de poderes; Procurando la superación de los desequilibrios políticos, sociales y económicos; Junto con la lucha contra el racismo, la xenofobia, la esclavitud, la discriminación y la denegación de sus Derechos Humanos de los diferentes colectivos sociales. Unos derechos que hoy en día se ven amenazados por el auge de los extremismos ideológicos, la crisis humanitaria y los conflictos internacionales provocados por el cambio climático y la crisis económica.

La sociedad actual debe enfrentarse a retos y desafíos que nos retrotraen a periodos ignominiosos de la Historia y afrontar esta nueva situación nos invita a reflexionar seriamente y a tomar parte activa y firme con el fin de mejorar la calidad de vida y de medios de subsistencia de los territorios, así como de todos aquellos ciudadanos que lo requieran o se encuentren en situación de especial vulnerabilidad; Desarrollando proyectos y propuestas en las regiones establecidas entre los diferentes continentes y contribuyendo a su inclusión política, económica, cultural y social en condiciones de igualdad, fraternidad y libertad. Por este motivo, el Observatorio Internacional para la Defensa de los Derechos Humanos también se hace imprescindible y se articulará como un Foro, cuya función será la de constituirse como un órgano asesor y consultivo de los Derechos Humanos, teniendo como finalidad la elaboración de declaraciones oficiales de los Derechos de los Pueblos, primer instrumento jurídico específico sobre la promoción y pleno respeto de los derechos humanos de las personas y de las comunidades, así como velar por el derecho a ser diferentes y a estar libres de toda forma de discriminación, liderando órganos consultivos que estarán compuestos por representantes y profesionales de la sociedad civil.

El Observatorio Internacional para la Defensa de los Derechos Humanos tiene como objetivo constituirse como un espacio común de participación y reflexión de conocimiento, de herramientas y de políticas de desarrollo activas de los territorios establecidos entre los diferentes países, promoviendo los principios básicos de la Alianza de Civilizaciones – UNAOC, programa adoptado por las Naciones Unidas el 26 de abril de 2007, conformándose como un puente de unión y presentando como propósito principal ser un espacio de encuentro internacional, donde se erijan como pilares básicos la transformación del medio y del desarrollo sostenible, la identificación de sinergias entre las diferentes naciones que se encuentran en las proximidades geográficas de África, Europa, América, Asia y Oceanía, entre sus emprendedores y entre los tomadores de decisiones; estableciendo la generación de proyectos conjuntos y de tracción territorial, teniendo como propósitos, crear un foro permanente de conexión entre África, Europa, América, Asia y Oceanía, para fijar un vínculo entre los diferentes gobiernos, emprendedores, formadores y sociedades civiles; potenciando iniciativas de beneficio mutuo en todos los ámbitos de la sociedad. El Observatorio Internacional para la Defensa de los Derechos Humanos busca servir a la sociedad como punto de encuentro de buenas prácticas y de buenas costumbres, de acciones de conexión permanente para el impulso y desarrollo social de los territorios, generando el espacio para la creación de alianzas de unión entre las diferentes regiones emplazadas en los diferentes continentes, como África, Europa, América, Asia y Oceanía; para impulsar acciones de cooperación compartida, de intermediación creación y apoyos a sinergias, a estrategias globales, que permitan enfrentarnos a los desafíos del Siglo XXI, en su defensa del nuevo liderazgo que sea capaz de abordar los retos de una sociedad que debe ser más justa y equitativa; que sea capaz de compartir y materializar sus conocimientos sobre economía circular, defensa de los energías renovables, lucha contra el cambio climático y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles en sus áreas de influencia, en el potencial de liderazgo que sea capaces de atraer, así como su impacto social y comunitario, siendo el desarrollo sostenible de los Pueblos el pilar básico de acción, basándose en el respeto a los derechos humanos, en la igualdad, la fraternidad y la libertad de los Pueblos.

Equipo de Redacción

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