«Los libros y la guerra»; por Maurizio Bagatin

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Maurizio Bagatin en su columna «El morbo de Gutenberg» reflexiona sobre los libros y la guerra.

¿Cuál es la literatura que no esté impregnada de guerra?                                                                            

Ernest Hemingway,
Ernest Hemingway

Cerca del pueblo donde nací se combatieron feroces batallas. El Piave se teñía de rojo mientras Hemingway esculpía Adiós a las armas y el Carso fue tremendo testigo del Puerto sepultado del poeta Giuseppe Ungaretti.

Cerca del pueblo donde nací se combatieron feroces batallas. El Piave se teñía de rojo mientras Hemingway esculpía Adiós a las armas y el Carso fue tremendo testigo del Puerto sepultado del poeta Giuseppe Ungaretti.

Comentarios sobre la guerra de las Galias son ocho libros, el mayor esfuerzo de Julio César, es el libro en latín del cual oí hablar cuando entré a la escuela, días después fue destronado el latín como materia escolar…del griego ni hablar, la Anábasis o Expedición de los Diez Mil del historiador griego Jenofonte, nunca lo oímos nombrar. Sigo agradeciendo el profesor Aldo Scarpis, víctima predilecta de nuestra adolescencia, que entrando al colegio con su eterno cigarrillo encendido recitaba a memoria páginas enteras de la Ilíada y la Odisea

¿Cuál es la literatura que no esté impregnada de guerra?                                                                            

Aureliano Buendía y sus 32 revoluciones, Pedro Paramo y los cristeros, Macario en Sapucai y del otro frente, el suboficial Miguel Navajas excavando el interminable pozo; luego de haber regado jardines me entrego al estante de libros, creo propio que si debiera eliminar los que viven y sufren una guerra me quedaría con Lolita, algunas páginas de Bukowski, con El retrato de Dorian Gray sin el cinismo de Lord Henry Wotton. El Mito y la tragedia no oponen resistencias, Shakespeare no se deja sojuzgar, Ollantay es una batalla, Paul Auster nos conduce a la obscuridad contemporánea. Sigo, Houellebecq propone una democracia sumisa, H.G. Wells el choque de dos mundos.  

Hay mucha guerra en los libros. 

                 

Hay mucha guerra en los libros. 

Voltean las palabras, volteo yo también. ¿Qué dijo Borges sobre la guerra? Es el escritor, heredero infeliz de una familia de ilustres guerreros que encuentra en los libros lo que le faltaba en la vida “real”, escribió Monegal sobre él. ¿Y el Proust enfermizo y el Joyce alcohólico?                                        

Virginia Woolf pareciera eludir la hostilidad sociopolítica en Europa, aunque no el derrumbamiento de la fe en el ser humano ni la constatación del trauma colectivo por culpa de la prevalencia del daño marcial en la vida cotidiana de los supervivientes y sus familias. Su literatura es fruto de la Gran Guerra. ¿Y Emily Dickinson? Escribió su poesía durante el evento más significativo de la historia estadounidense del siglo XIX, la Guerra Civil. Letras testimonio, desde Heródoto, padre de la Historia hasta su discípulo Kapuściński.

Reviso aun el estante, sale metamorfoseado Kafka, mil Pessoa, Henry Miller en fuga, un cabo de luz que acaba en la noche del monstruo Céline. Llega la noche, aparece Sun Tzu, la guerra como arte: “…la mejor victoria es vencer sin combatir… […]…y esa es la distinción entre el hombre prudente y el ignorante”.

“…la mejor victoria es vencer sin combatir… […]…y esa es la distinción entre el hombre prudente y el ignorante”.

Sun Tzu

Maurizio Bagatin

Columnista

Equipo de Redacción

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