«La noche fragmentada» de Marti Lelis; por Angélica Guzmán Reque

0

Angélica Guzmán Reque profundiza en su columna sobre la obra ‘La noche fragmentada’ de Marti Lelis, publicada en la Colección Digital de Novela Iberoamericana de la Editora BGR

Dice Jorge Luis Borges: “Estoy solo y no hay nadie en el espejo.” Como la enajenación del ser humano que se siente distinto, diferente porque su imagen no está reflejada entre los otros, un ser invisible para la sociedad en la que vive.Es el tema que se vive, se absorbe en la obra La Noche Fragmentada del escritor mejicano Marti Lelis, se leen páginas de una profunda soledad de un ser “Yo” que se debate entre la realidad y la ficción.

Desde las primeras páginas se leen expresiones que aluden a este tema, como las palabras de la gran poeta Alejandra Pizarnik, en directa alusión al contenido de su obra, dice: He de contar en orden este desorden. Contar desordenadamente este extraño orden de cosas. A medida que NO vaya sucediendo.” Y, nada más cierto porque los sucesos, reales o no, son acontecimientos que, en la medida en que se los va leyendo, el interés crece, pero también se siente la angustia de vida de nuestro protagonista, Beto Sánchez, que es uno, o varios, es hombre y es mujer, es paciente y es médico. él mismo expresa esa su desarticulación, “Me tumbaba en la cama queriendo dejar de ver las figuras que me seguían los pasos: en la calle como silenciosos guardianes de algo desconocido, en la sala de casa, en el baño, al pie de mi cama, mirándome sin descanso hasta que, embrutecido por los fármacos, cerraba los ojos y podía descansar por unas horas, lo que durara el sueño pesado y sin imágenes que dejaba a mi mente a salvo del horror.”

La paranoia que vive este personaje es un trastorno de delirio, en directa alusión a las derivaciones que la ciencia médica lo determina como la esquizofrenia, como queriendo advertir sobre los dictámenes de esta enfermedad, como son, por ejemplo, la pérdida de contacto con la realidad, las falsas creencias de lugares y personas, que son parte de su realidad muy personal, cito: “Nos movíamos en medio de una ciudad fantasma, “los otros” y yo. Las calles como laberintos con sus árboles, paredes y negocios como escenarios de un sueño. La gente como extras de una película. —Usted debería poder distinguir entre alucinación y realidad —dijo la doctora Medina,”

La obra que está relatada en primera persona parece ser la del ser que observa el mundo, nuestro mundo y se da cuenta de la dificultad de vivir en ella, cuando solo le brinda insatisfacción, cuando no hay veracidad en lo que se dice o hace, porque es un mundo de falsedad, de odio, donde no se acepta al otro porque no piensa o siente como quieren los demás: dice: “Sólo los inocentes están en conexión con lo innombrable. Los demás llegamos a tener atisbos en momentos de trauma o crisis, pero siempre regresamos a la realidad, a la ficción que reconforta por más que nos haga sufrir.” Dividida en tres cuadernos o partes que, en realidad no se puede decir que una, sea la continuidad de la otra porque son las mismas vivencias de irrealidad que vive el protagonista, Beto Sánchez en el primer cuaderno que es donde describe a sus otros personajes que no son sino el mismo, con variantes de su personalidad, es la invención de personas amigas, para él, pero que, en sus delirios aparecen para, casi inmediatamente desaparecer o eclipsarse cuando su propia mente es capaz de crear y manifestarlas, como la de mujer, que la muestra monstruosa por fuera, pero íntegra por dentro, así nos lo hace saber, cuando dice: “Y dale a ensoñar con mi Angélica la Bella. Hoy hace tres semanas que la nombré y no se me ha aparecido de nuevo. En la tregua de la visión de su grotesca belleza, (…), he de continuar escribiendo al filo del absurdo y de la coherencia, de la razón y la locura, …”. Cuyo nombre lo encuentra entre los libros de su preferencia, es un nombre que encuentra en el Orlando Furioso de Ludovico Ariosto, una de las cumbres literarias del Renacimiento.

Otro de sus personajes es la de la doctora, la psiquiatra que lo atiende que, desde su mente distorsionada, es una y varias a la vez. Unas veces es la doctora Medina, o la doctora Ríos, dice: “¿Cómo se ha sentido con el nuevo medicamento?” Es la doctora, la joven, no sé qué ha sido de la más vieja.”. De igual modo está la mujer de gabán rojo y que lleva un violonchelo. A la que la ira descubriendo dentro de su personalidad de criminal, alguien que se esconde dentro ese gabán que jamás se moja con la lluvia.

Este primer cuaderno nos permite conocer a sus personajes creados por su imaginación, personajes que tendrán una finalidad en los posteriores escritos. Son personajes grotescos entre los otros ciudadanos, pero importantes, aunque disociativos desde sus pensamientos y actitudes. El mismo nos dice acerca de sus cuadernos que: “Uno era el remedo del otro. Remedo de palabras, imitación. Y si cierro los ojos, aparece otro más en mi mente. La realidad es una ilusión y se repite o quiere repetirse, llegar a la perfección del acto de representarse. ¿Y si yo no estuviera? ¿Si nosotros no estuviéramos? ¿Quién es “yo”?”

El cuaderno dos o segundo cuaderno es el relato de otra de sus personalidades, es la de Pérez Maqueda y la ciudad inventada es “«San Juan. Domingo 9 de agosto de 2116. Mariposas prendidas con alfileres», y enseguida la cita del libro, página 19” toma la personalidad de un detective que deberá investigar sus propios crímenes, en un enredo tal que, por el momento hace desaparecer a sus anteriores personajes, nos dice:

“Los otros” aún gravitan leves sobre la ciudad. La ciudad es un esbozo, y el río de aguas mansas transcurre callado, partiendo en dos el territorio.

Las narraciones de este cuaderno le permiten dilucidar sobre otros temas, como es el del lenguaje y su manía de cambiar el nombre de los objetos, respecto a este tema, nos dice Humberto Eco: “Porque no todas las verdades son para todos los oídos, ni todas las mentiras pueden ser reconocidas como tales por cualquier alma piadosa“ muy cierto, aunque para nuestro autor- protagonista es su propia insatisfacción de vida, habla sobre la soledad perniciosa que le acompaña y, sobre el amor, son reflexiones reales y emotivas, como aquella que dice: “La vida es un relato que el Mago está contando. El Mago escribe rodeado de amor. Por amor el Mago siempre ha escrito. Escribir: acto de amor, hacer el amor a la vida, a la amada. (…) Lo malo es que al Mago lo acabo de inventar, esto no es verdad; no en este mundo.” Pasajes o conjeturas que podemos encontrar en otros escritores, por ejemplo, la deMiguel Ángel Asturias: ¡Soy la vida, la Manzana-Rosa del Ave del Paraíso; soy la mentira de todas las cosas reales, la realidad de todas las ficciones

Se dice que “estar solo es ser diferente, ser diferente es estar solo” sucede cuando no somos aceptados por los demás. Por eso se enfrasca en la soledad, como un refugio de paz y, quizá el encuentro consigo mismo; en su mente enferma añora la soledad y vive, unas veces con nostalgia, otra con alegría, así como la acepta, también la teme: “La soledad botella de vino, lágrimas de dolor o de risa; soledad disfrazada y soledad de los espejos. Una soledad que también es miedo y a veces alegría. (…) Una soledad entre las páginas de los muchos libros o enredada entre los estertores de placer filtrados desde la casa vecina.”

El cuaderno tres, todavía es la invención de otros personajes que le sirven para desenmascarar su propia personalidad disociativa, quebrantada, muchas veces vuelve a la realidad, para inmediatamente enmascararla en la figura conveniente al momento narrado, así, aparece el amigo Miguel o Micha, que le recordará un pasado o, quizá un presente que quisiera sepultar, aunque le es difícil: “Parecía estar sumido en una lucha por dejar en el olvido a Mijaíl y ser sólo Miguel, Miguelito. Y en esa labor de recrearse adivinábamos un pasado tortuoso que oscilaba entre un crimen pasional y la persecución política”

Por momento sus crisis de identidad oscilan entre la cordura y la insensatez, es cuando piensa que su psicosis presentará, durante toda su vida, las alteraciones que experimenta, hacen que se acostumbre a esa forma de vida, es cuando expresa que:” Pero al terror también te acostumbras. Cada vez que lo experimentas quedas un poco más preparado para la siguiente vez. (…). Lo mismo sucede con la soledad, con la tristeza, con todo lo malo que te puedas imaginar”

Como quizá se ha podido advertir la obra tiene mucho por analizar, por referir lo que el autor – protagonista de los hechos piensa y siente en la contemplación del mundo o, de su mundo no siempre ideal, preguntándose una y otra vez si la vida es o no es una realidad, o por el contrario es una gran ficción, una gran mentira “detrás de la que siempre se nos escapa la verdadera realidad. Vidas enteras pueden ser vividas bajo esta perfecta ilusión, sin enterarse, sin sospechar siquiera del gran engaño.”

Dice Isaac Asimov: “Escribo por la misma razón por la que respiro, porque si no lo hiciera moriría”.

COLECCIÓN DIGITAL DE

Novela Iberoamericana

Equipo de Redacción

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *