Entrevista al escritor Ignacio Villanueva;  por Yu’i Páez 

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Yu’i Páez entrevista al escritor argentino Ignacio Villanueva, autor de El fantasma de la luna (Colección Digital de Novela Iberoamericana, Editora BGR, 2022)

-¿Podés contarnos de esta novela?

El fantasma de la luna (Ediciones Ruinas Circulares, dos ediciones 2021-2022), es una novela estructurada en 21 capítulos, 204 páginas.

Los recuerdos de una patria sin gloria, el amparo en la nostalgia y el cuerpo ajeno como territorio a conquistar son los reflejos de esta luna opaca que cae sobre el océano.

El relato, colmado de detalles e imágenes que focalizan la atención en la rareza que tiñe lo cotidiano cuando se intenta describirlo, posee, casi en oposición, una manera vertiginosa de presentar la historia familiar de tres generaciones. Las épocas, los personajes y sus acciones se ubican en un orden temporal trazado estratégicamente por el autor. A su vez, se mantiene un diálogo con los sucesos argentinos que se dieron desde el proceso inmigratorio de principios del siglo XX hasta la crisis socio-política del 2001. No obstante, estos datos son sólo anclajes que funcionan para dar marco a un espacio mucho más íntimo, aunque no por eso menos peligroso. Ya que como dijo el tío “la familia es una trampa mortal”, y los vínculos fraternos pueden llegar a ser decisivos para lograr el resguardo o la caída.

El tratamiento de las diversas modalidades de lo aparente es uno de los mayores logros de la novela. Por un lado, lo aparente, en tanto construcción voluntaria de una apariencia, esconde un enigma familiar que el protagonista intentará develar a lo largo de estas páginas. Por otro, lo aparente es aquello que aparece y se hace asequible a los sentidos, por más que se cierren los ojos o se niegue su existencia. Aquí la certeza cobra fuerza: el fantasma habita en la luna.

-¿Crees que el nombre con que se firma una obra define el tipo de literatura que se hace? ¿Firmás con tu nombre o con pseudónimo?

Considero que el nombre que se usa para firmar no define ni el tipo de obra, ni el género, ni la calidad que la misma pueda tener. El secreto no está en el nombre o el pseudónimo sino en el nivel/ calidad/autenticidad/originalidad/ en la producción de un texto. Grandes nombres nos han dado obras clásicas que perduran a través de los siglos, pero también textos olvidables que se han camuflado detrás de grandes nombres. Es decir, puede que la obra tenga mayor popularidad si nos atenemos a la figura del autor/a, si es más o menos conocido/a, si sabemos cuál es el género literario que viene desarrollando en toda su trayectoria, si conocemos su escritura, pensamiento crítico, estilo, si nos identificamos con su decir, con su compromiso, etc. Ya que, muchas veces, la popularidad del escritor supera la calidad de la obra. Personalmente firmo con mi nombre.

-¿Recordás algún escritor que haya firmado con pseudónimo para escapar de las críticas de su momento histórico?

Desde tiempos inmemoriales la literatura fue un instrumento que permitió, a los escritores/as, dar su opinión sobre temas que involucran un compromiso social, político, religioso, ético y moral por lo tanto y, a pesar de ser una de las funciones de la literatura, este hecho ha llevado a los autores/as a ser señalados como “peligrosos/as”. Tal vez haya sido uno de los motivos más importantes para que un autor haya elegido el anonimato ante un texto tan inteligente como “El lazarillo de Tormes” y tantos otros que, en distintos momentos históricos, debieron ocultarse ya que, cada palabra que pudiera dar una idea de oposición frente a una forma de pensamiento que se imponía como “ley”, podría irles la vida. También hubo escritores que debían ocultarse de la clase social a la que pertenecían para dar una opinión sobre diversos temas, o ante la decisión de manifestar una orientación sexual frente a la crítica despiadada.

También hubo en la historia de la literatura argentina, autores que decidieron usar pseudónimos, quizás con la intención de ponerse a prueba frente a sus lectores, como es el caso de Borges –Bioy Casares quienes inventaron a Honorio Bustos Domecq para publicar sus textos y así, entre otros motivos, deslindar responsabilidades ante un supuesto fracaso, o jugar con los lectores que creyeron en la existencia de dicho autor. También podríamos mencionar a Pedro Bonifacio Palacios poeta que firmaba sus obras con el pseudónimo de ALMAFUERTE. Poeta crítico y apasionado que, a pesar de su pseudónimo fue perseguido por gobiernos de turno ante la oposición verbalizada desde sus poemas y escritos periodísticos.

-¿Crees que hay una literatura feminista en auge en nuestro tiempo? o ¿La novela tiene un sexo dependiendo de quien la escriba?

Creo que hay literatura en auge, en cualquiera de sus formas y soportes. No ubico la obra según el género del autor/a. No tengo una mirada puesta en las preferencias sexuales ni en las modas, miro, escucho, investigo, compro y leo literatura. El feminismo tiene todo el derecho de ubicarse como preferente de ciertos lectores/as aunque la mujer en la literatura siempre estuvo presente, luchando por un reconocimiento, buscando el lugar que hoy ha conseguido. Pero no me gusta encasillar la obra en feminista o machista. Leo de todo y considero que todos tienen derecho a publicar y ser reconocidos por sus lectores/as que son, en definitiva, para quienes uno escribe.

-¿Qué sería para vos consagrase como novelista?

Que los lectores/as hablen de la obra y no de mí. Que la historia abra debates, que se pueda reflexionar, recordar, añorar, discutir, disentir, criticar, recomendar por sí sola sin intervención del autor.

-¿Dónde naciste, dónde estás viviendo?

Nací en Paraná. Entre Ríos el 15 de abril de 1964. A los 8 años mis padres se mudaron a San Nicolás el 1 de septiembre de 1972. Es decir, este año cumplo 50 primaveras en San Nicolás. Buenos Aires.

-¿Crees que hay un lugar en el planeta hoy, para que tu trabajo como novelista sea reconocido?

Es indudable que todo escritor desea que su trabajo se proyecte desde lo regional a lo universal, aunque pueda sonar utópico. Pero todos queremos ser reconocidos por nuestros pares y por lectores tanto los “de acá a la vuelta” como los que están más allá de los límites de nuestra tierra. Hoy, gracias a la tecnología, nuestro trabajo se expande sin inconveniente. Somos reconocidos, nuestra obra se lee, se comparte, debate, recomienda desde lugares insólitos que, tal vez, si fuera de otra manera (llamémosle tradicional) demandaría otros costos y tiempos. Mi lugar favorito es mi ciudad. Aquí mi obra ha sido reconocida, respetada y valorada y desde aquí ha trascendido a lo regional, nacional e internacional. Creo que este es mi lugar en el mundo y desde donde puedo proyectarme como escritor. Mi país, mi ciudad, mi barrio, mi casa.

-¿Crees que el realismo mágico signa al escritor de nuestro tiempo o se puede escapar de él?

No creo que uno deba escapar de un movimiento literario o corriente de pensamiento que marcó a toda una generación como es el caso del realismo mágico, que fue boom y crash en décadas pasadas. Un escritor/a debe nutrirse de todo lo que ya se dijo, se hizo y fue escrito y a partir de allí encontrar los intersticios que le permitan crear su propio estilo, sus temas recurrentes, sus maneras de decir, su vuelta de tuerca a lo mismo, pero desde otra mirada, su crítica fundada en el estudio y la lectura de otros clásicos y actuales, debe considerar la lectura de sus colegas. Ser escritor/a es un trabajo constante y bienvenido sea el realismo mágico si me ayuda a contar mi historia con los recursos que el movimiento ofrece. No hay que escapar hay que aprender a innovar desde las bases sólidas creadas por autores que en su momento también lo hicieron lo suyo y marcaron tendencias.

-¿Empezaste directamente con la novela o has escrito en otros géneros? ¿Podrías contarnos cómo fue ese proceso?

Comencé escribiendo poesía. En el colegio secundario una docente de Literatura me invitó a un taller literario y no salí nunca más de allí. Aún hoy, tantos años después, sigo en contacto con ella. Tenemos un grupo de WhatsApp llamado Taller LA MAGA y nos encontramos virtualmente para corregir nuestras obras. Luego, producto de las lecturas en el Profesorado y la Universidad, decidí volcarme hacia la narrativa. Publiqué un libro de cuentos LA VERGÜENZA INSTALADA de Editorial ATHAL en 2014. Fue merecedor del premio FAJA DE HONOR 2016 de AEN Asociación de Escritores Nicoleños en 2016. En 2021 fui reconocido con un segundo premio en el concurso PALMA DE PLATINO de SADE MENDOZA en la categoría cuento. Pero fue en el 2020 que publiqué una novela en formato virtual en mi blog. La novela se llama UNA LARGA NOCHE DE INSOMNIO, que recibió muchas devoluciones de los lectores pues era con entrega semanal por capítulos. Ya en 2021 decidí publicar la última novela EL FANTASMA DE LA LUNA de Edit. RUINAS CIRCULARES de Ciudad de Buenos Aires. La obra fue seleccionada y editada por este prestigioso sello editorial. La novela tuvo muy buena repercusión y se agotaron las dos ediciones 2021 y 2022. Pronto se podrá adquirir en formato virtual.

-¿Crees que hay una receta para escribir la complejidad de una novela? ¿Cómo abordaste o abordás tus novelas?

Recetas hay muchas, autores que se dedican a investigar hay muchos no solo en novela sino en cuentos y poesías, pero más allá de los recetarios, muchas veces necesarios para el armado de ese esqueleto estructurante que debe tener un texto para llegar a ser considerado novela, hay un escritor/a que debe darle su toque personal. A estas alturas de las circunstancias donde casi todo ha sido escrito desde distintas miradas y enfoques, tal vez lo original esté en la forma en que se dice lo que se quiere decir. En mi caso comienzo con una historia que quiero contar, luego el armado de perfiles de los personajes ya que en la mayoría de los casos baso mis historias en ellos, posteriormente el espacio y tiempo en el que los personajes se deberán mover. Investigo épocas, tipos de construcciones, hechos históricos, etc y finalmente comienzo con el armado del rompecabezas. Métodos prospectivos y retrospectivos, voz del narrador/es, para terminar con un desenlace que impacte al lector. Todo lleva mucho tiempo donde a la ansiedad hay que guardarla bajo llave por algún tiempo. La última novela tuvo su origen hace diez años, tuvo doce correcciones y siete pruebas de galera antes de ser publicada. La etapa de corrección es fundamental y agotadora.

-¿Seguís los ejemplos que proponen los clásicos, o los contemporáneos para pensar la novela? ¿Tenés un método propio?

Si bien considero que todo lo que se ha escrito en el género es aprovechable a la hora de producir un texto tan complejo como una novela, tengo cierta preferencia por los contemporáneos, sobretodo seguir, probar, integrar estrategias y sugerencias de quienes han sido creadores de obras reconocidas por el público lector y no precisamente por su popularidad o han estudiado las distintas posibilidades de escribir nouvelle, novela breve, novela y han plasmado en algún texto téorico como sugerencias para los escritores también noveles, como es mi caso. Puedo citar a Luis Gusmán quien en su obra LA FICCIÓN CALCULADA. Edit. Norma en el capítulo Joyce, la lengua de los proscriptos sostiene:“…el artista cuenta con tres armas: el silencio, el destierro y la astucia. Eso es lo que permite que su creación no sea espontánea y adquiera el relieve de un método”. También Mariano José Vázquez Alonso en su Taller de escritura: La novela corta y el relato breve una serie de técnicas y métodos para lograr una limpieza de la obra original, en función de una corrección del texto y, finalmente, la obra Suspense de la escritora norteamericana Patricia Highsmith quien nos acerca múltiples sugerencias de cómo lograr el ritmo, el suspenso, el corte de intriga a partir de lo que ella llama “la felicidad de escribir”. Sobre la base de todo lo expuesto, sin intención de tomar a los teóricos como recetas infalibles y sobre la base de una lectura atenta de varias novelas, escribo mis novelas atento a las sugerencias y permitiendo que ellas me lleven a descubrir caminos de escritura creativa. Mi método finalmente se basa en el trabajo diario, la corrección constante y otorgándole equilibrio a la única fórmula certera: INSPIRACIÓN- ESTUDIO-ESCRITURA-CORRECCIÓN

-¿Cómo te parás ante la crítica? ¿Tenés una especie de lector de cabecera a quien confiar tus manuscritos?

Considero que toda crítica es constructiva ya que, desde el momento en que alguien ha dedicado tiempo en leer mi obra y realizar una devolución, hay una predisposición optimista de aceptar sus consideraciones. El camino del escritor es muy largo y debe estar preparado para todo tipo de relieves. Tengo una familia de lectores que ayuda con los primeros escritos-borradores, luego paso a un grupo de lectores/as amigos/as con agudas miradas que recorren todo el texto y ejercen su rol de lectores más que amigos/as.

-¿Cuánto tiempo le dedicás a escribir?

Escribo diariamente cerca de dos horas, generalmente por las mañanas.

-¿Crees en la inspiración?

Como sostuve más arriba, creo que existe algo que desciende de algún lado y se presenta efímeramente frente a nosotros, pero esa inspiración debe ser sustentada con técnica, uso correcto del lenguaje, voces del narrador y un método que hace que aquella primera idea, furtiva, tome cuerpo en una hoja. El proceso de la escritura es un camino al que todo buen escritor debe rendirse a sus pies y acatar órdenes, aunque pretenda ser un vanguardista de primera línea.

-Cuando te viene una buena idea ¿la dejás para la siguiente obra o vas poniendo todo en eso que estás escribiendo en el momento?

Considero que tiene mucho que ver la metodología que uno utiliza al momento de comenzar a armar la novela. Focalizo la historia y si “eso” que aparece repentinamente es apropiado para incorporarlo, lo hago. Pero no dejo escapar nada, sino ayuda a la trama actual, se escribe, se guarda y queda en lista de espera para una próxima oportunidad. Nada se desecha.

-¿Quiénes son tus novelistas preferidos, tomaste algo de ellos?

Mis lecturas son absolutamente eclécticas. Divago entre Guy de Maupassant, Murakami, Bodoc, García Márquez, Piñero, Enríquez, Allende, Cortázar, Sábato, Montero, Colombani y últimamente Falco. No descarto nada, todo es formativo y permite rescatar maneras y recursos a la hora de una buena descripción y su objetivo en el texto, el desarrollo del eje histórico, el uso de la voz del narrador, el cambio de ritmo, el suspenso, la crítica y el uso del lenguaje.

-¿Tenés un tablero de capítulos o vas viendo cómo viene la historia?

Aunque parezca que uno necesite atención psicológica, uno escucha la voz de la novela que nos dice cómo seguir (generalmente a los escritores nos miran con desconfianza cuando hablamos de voces). Es un género que, reitero, necesita tiempo. Hay un tiempo para escribir desmedida y alocadamente, otro para organizar capítulos y otro de espera o maceración al que hay que prestarle atención. Muchas veces en este último han surgido ideas que le dan una vuelta de timón a la historia y la enriquece. Soy organizado, pero dejo que la novela se vaya acomodando y su voz me diga cómo entramar los capítulos, de una manera atractiva para el lector.

-Si leíste Rayuela ¿Qué opinás de la antinovela o la contranovela que propone Cortázar en esa obra?

Si bien el debate se encuentra en la supuesta clasificación de la obra, ya que la crítica la denominó antinovela y el propio autor contranovela, lo interesante, más allá de las etiquetas, es la intención comunicativa del autor y la propuesta innovadora, difícilmente superada, que presentó a los lectores. No es una obra sencilla, es respetable, en el sentido que merece nuestra máxima entrega a la hora de entender, comprender, interpretar y analizar. Sus múltiples entradas y salidas como en un laberinto que pretende atrapar a lectores desprevenidos y la propuesta de un juego que todos conocemos y que nos predisponemos a jugar, necesita de la seriedad y compromiso de un lector/a que quedará enganchado/a como en una gran telaraña de la que no podrá salir fácilmente. Al hablar de RAYUELA estamos hablando de palabras mayores en el género.

-La realidad ¿Es una elección en tus novelas o preferís un lugar imaginario con leyes propias?

Considero a la realidad como un campo de trabajo muy interesante. Mis personajes son reales y posibles, aunque vivan situaciones inexplicables. Tal vez ese juego entre terreno seguro y comprobable, pero con personajes que vivan conflictos inesperados donde se pueda fusionar lo real con lo fantástico es una posibilidad que por ahora estoy descubriendo. No descarto innovar con mundos alternativos/paralelos que es un tema que también me atrae.

-¿Algún personaje ha pasado de malo a bueno o viceversa? ¿Por qué?

En esta última novela EL FANTASMA DE LA LUNA de Editorial RUINAS CIRCULARES, varios personajes que ocultan un conflicto familiar que traspasa las generaciones, han mutado de “supuestamente” buenos durante casi toda la obra a indeseables y traicioneros en los dos últimos capítulos. La tensión y el suspenso por descubrir quiénes son los responsables de un ilícito o la necesidad de ocultarlo han logrado que el público lector se sorprenda en el desenlace de la trama por este giro en la historia. Me gustan las historias con finales que sorprenden al lector/a.

-¿Quiénes quisieras que te lean? ¿Por qué?

Creo que esta novela merece ser leída por la mayor cantidad de lectores/as posibles. Me parece que presenta una historia interesante y que permite reflexionar sobre los distintos conflictos familiares actuales y de todas las épocas. Cada autor tiene su lector predilecto, el mío sería aquel/la que, al finalizar la lectura, sienta placer, pueda identificarse con los personajes y encuentre en alguna parte de la historia la frase que siempre quiso decir y no supo cómo.

-Este mundo, mitad átomos (papel), mitad ciberespacio (digital) ¿Qué le hace a tu novela?

En este mundo de diversidad pura donde la conexión inmediata nos permite estar unidos desde lugares remotos, vernos y compartir opiniones a través del cuadradito de una pantalla, ha beneficiado a todos/as los artistas en tanto difusión de sus producciones. Si bien estoy resistiéndome a la virtualidad total y sigo leyendo e invirtiendo en libros formato papel, reconozco que jamás hubiese podido pasar que una obra mía haya sido leída en Ecuador, Bolivia, México, Francia, Alemania o en distintas provincias de mi país como sucedió con la novela virtual de mi blog o la última en formato papel. A mi novela el ciberespacio le permitió viajar y buscar lectores en todas partes del mundo y estoy agradecido y feliz por ello.

¿Si tuvieras que elegir cómo publicar una novela en este tiempo, cómo lo harías?

Insisto, en esta etapa de transición donde como escritores debemos respetar al lector, seguiría editando en este formato bimodal virtual-papel, para no dejar afuera a nadie que quiera leer una novela de mi autoría, incluso en audiolibro para aquellas personas que tienen dificultades con su capacidad visual.

-¿Vas a seguir escribiendo novela? ¿Qué ideas te rondan?

Si. Tengo cuatro borradores de novelas que están en distintos estadíos de escritura algunas y otras de corrección. Y una más está concursando a nivel internacional. También un borrador para un libro de cuentos que están siendo trabajados en forma individual.

Equipo de Redacción

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