Entrevista a Montse Grao y Sagrario Manrique; por Belén Mateos

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Belén Mateos nos trae en su columna «Ser mujer nunca ha resultado fácil», una entrevista a Montse Grao y Sagrario Manrique, socias fundadoras de la asociación cultural La Casa de Zitas de Zaragoza.

La Casa de Zitas es una asociación cultural multidisciplinar que tiene por objetivo dinamizar actividades que favorezcan y desarrollen la vida cultural de Zaragoza. La avalan más de diez años de movimientos literarios y musicales. Por su sede, tanto la actual como la primigenia, han pasado multitud de artistas, poetas, músicos de todo tipo y condición.

Este espacio para la cultura nació como una extensión de las citas en los bares, a modo básicamente de tertulias literarias, en las que muchos artistas compartían performances, poemas, pulsiones y acciones que despertaban conciencias, propias y ajenas. En definitiva, una casa por y para el arte.

Esta institución cultural tiene por bandera este manifiesto:

Somos feos, perdedores y perecederos;
olemos mal, el mundo cotidiano huele mal.

Somos fríos,
témpanos holgazanes
que si tuviéramos que pensar para respirar,
nos asfixiaríamos.

Somos vulgares, somos patéticos, somos injustos.
Somos insignificantes…

Somos durmientes esperando el beso que despierta la conciencia,
y con ella, la emoción,
y con la emoción
el milagro de perseverar en la duda
y con la duda y su fluido,
el arte.

(Pepe Montero)

– ¿Qué significa ser mujer en el momento actual?

– Estamos en un momento de lucha feminista extraña. Ahora se habla de múltiples feminismos, feminismo solo hay uno y haríamos bien en unirnos todas las mujeres, dejando atrás algunas diferencias que hacen retroceder una lucha que tiene dos siglos de historia.

– ¿Y en la literatura? ¿La paridad existe o es una coartada?

-Siempre hay que estar vigilante y llamar la atención a veces para que se respete.

– ¿Qué le pedirías al hombre para colaborar en esa lucha contra el patriarcado y ese machismo que sigue siendo impronta en las entrañas de nuestra cultura?

El machismo está instalado en la vida cotidiana, de hecho, nuestra educación es machista y por muy feministas que seamos, que lo somos, siempre quedan reminiscencias de una educación dañina, en la que la mujer no tenía derechos.

El hombre debería de entender que el feminismo no va en su contra, que nuestra lucha es por la igualdad de oportunidades, la igualdad en la vida.

– ¿Cómo veis, desde la perspectiva de vuestra asociación, la conciencia social y feminista en la actualidad?

En general buena, aunque a veces sucede que aparecen mujeres que poco tienen que ver con su buen funcionamiento.

– ¿Cómo surge la idea de organizar este colectivo multidisplinar y cuál es su objetivo?

La idea surge de un hartazgo de la mojigatería que se cocía en algunas tertulias literarias, además de la impavidez de esos colectivos.

El objetivo principal era abrir las puertas a poetas sin voz. Los años nos han ido marcando un itinerario para albergar a todo tipo de poetas, más y menos famosos. En realidad, la poesía es endogámica, no llega la palabra más allá de nuestros círculos.

– Sagrario, según tú opinión, ¿quién debería arder entre todas las mujeres?

Está claro. En la belleza del fuego deberán arder las mujeres, pero muchas no se han dado cuenta del significado del título, creen que es enviar al infierno a los hombres y realmente no es necesario, algunos llevan su propio infierno dentro de ellos.

-Montse, ¿qué es lo que te motivó a no dejar secar a ningún pájaro?

Debería decir que la culpa es del desamor, pero a estas alturas, el desamor ya no cuela, más bien es el machismo que sigue planeando entre nosotras.

-Sagrario, ¿te sientes más poeta o más pintora?

Siempre poeta. La pintura también es poesía.

-Montse, ¿dónde te encuentras más cómoda a la hora de crear con los sonetos o con el verso libre?

Desde luego con el verso libre. No entiendo mucho de labores, pero sería como comparar el guipur con el punto de cruz.

-Contarnos cómo se mantiene y con qué medios la Casa de Zitas para sobrevivir durante más de diez años abanderando la cultura.

Llevamos catorce años sobreviviendo gracias al tesón, al trabajo y al amor que compartimos con nuestros compañeros y con todos los que pasan por La Casa de Zitas.

– ¿Colaboráis habitualmente con otras asociaciones o colectivos similares al vuestro para y por vuestra causa?

Si. Colaboramos con otras asociaciones, tanto para abrirles las puertas de La Casa de Zitas, como para salir de nuestras cuatro paredes.

– ¿Qué tipo de actividades nos podemos encontrar la visitar la Casa?

Todo lo que tiene un fondo poético.

– Ya estamos terminando esta pequeña charla ¿quieres hablarnos de algo que no hayamos mencionado antes de darla por cerrada.

Claro, no hemos hablado de los conciertos. Siempre hemos dado gran importancia a la música, y de vez en cuando, viene algún músico o grupo a cantar, además de que algunos acompañan a los poetas. También se hacen presentaciones de libros, y desde que tenemos la nueva sede, se están realizando talleres tanto de poesía como de narrativa.

Dos de sus socias fundadores son las poetas Montse Grao y Sagrario Manrique. Dos mujeres, ante todo y ante todos, comprometidas con la causa de la mujer, con la violencia de género, con la defensa de los derechos humanos y con toda aquella injusticia que pase ante sus ojos.

Mujeres empoderadas, capaces de encontrar su propia forma de inspirar y motivar al resto de las personas. Tienen el poder sobre su vida, son responsable de sus decisiones, se sienten satisfechas consigo mismas y con la vida que construyen a diario.

Poetas que luchan por derechos humanos, por impulsar cambios positivos para la sociedad en las que viven, por crear belleza, poesía y fiesta.

Aprendamos con ellas a identificar nuestras propias fortalezas y debilidades y salir de la zona de confort.

La Casa de Zitas un lugar donde habitar.


Equipo de Redacción

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