
Efímera voz y otros poemas de Ivonne Sánchez-Barea
Presentamos una selección poética de la artista y poeta colombo española Ivonne Sánchez-Barea (Nueva York 1955)
EFÍMERA VOZ
Efímera vozacantilada
de unos versos olvidados en el cosmos,
siendo luna elevada sobre el norte,
siendo sol de un sur occidentado.
Viento de poniente
que de la mar trae caracolas en su aliento,
eco de olas adormecidas en orillas,
rumor de algas y sirenas.
Lejano trueno que retumba en las conciencias
de aquellas travestidas máscaras superpuestas,
canto curvilíneo de la esfera que me habita,
esfera cantando entre las manos.
Palma abierta que golpea corazones
tocando la vida entre los dedos,
siendo cuna, cama y seno,
siendo madre y hermana,
que al cielo eleva versos.
La noche en la mirada de un felino
cuyos pasos dan curso a los besos,
regazo de anciana,
niña ovillando juegos.
El día escapado de las horas,
cuyo calendario es mudo y perpetuo,
energía y éter elevados,
galaxias de pensamientos.
Molécula de agua en los labios,
empapada de dulzor casi amargo,
catalejo asombrado,
bandera de los otros universos.
Luz de una estrella enana
engullida por el espacio – tiempo
bruma de la estancia,
el recuerdo del espejo.
Dinámico vuelo con almíbar en la lengua
revoloteando los floridos continentes,
cordillera espinal de un alma invisible
río serpenteante en la llanura.
El libro de los pasos dibujados,
mapa encriptado en las palabras,
siendo rumbo y camino aventurado,
siendo azar de la incertidumbre del destino.
EL CORAZÓN DE AGUA
Bailando sus cascabeles
por el rizo de las enaguas,
va tarareando la vida,
van cantando las aguas.
Hace palmas en coros húmedos
entre almendras, guijarros y gravas.
Bordeando los encajes,
baladas de picos albos,
tonadas en crines verdes,
romanzas de jacas,
un manantial de pensamientos,
ensortijados desnudan
sus faldas blancas,
trasparente entre pupilas,
dejan ver fondos y sayas.
Bailando van las aguas entre algas,
con saetas desmelenadas,
brotan del suelo, suelo,
de la cuna de nuestro canto,
suelo con voz de lenguas,
besando nuestros labios,
como peces dorados.
Desde montañas a llanos,
suelo, suelo… suelo y tierra…
patrias unidas en jergas,
rizos en caminos, los ríos,
senderos y acequias.
Travesías de pozos a mares,
dibujando musgos en vegas,
bailando la historia de los siglos,
en este minuto instante,
para rozar el eterno canto…
Cantando bajan descalzas,
en hebras espumosas, sus alas,
disparadas flechas,
tirabuzones calados.
Son cantos de nuestras almas,
bailes de nuestros tiempos.
Del árbol y la flauta,
bajo sombras de auxilio,
abanicos, los olivos,
susurros de fuentes y cauces,
el ojo de un manantial vivo,
es venero de los cantes.
En la estancia del destino,
la piel se hace escamas,
soñando atrapar luceros,
bajo la luna que canta.
Canta la luna, luna,
cantan todas las aguas…
Bendecimos en camposanto,
en copa de la palabra,
en casa de las sonrisas
en la morada de las penas;
Cantes de tus cantos
cantes de mil llantos;
llantos, suspiros, gemidos,
que bailan en
EL CORAZÓN DE AGUA.
Lo dice el alma en su espejo,
azul sirena del río,
remansa agua que acaricia,
los cardos y las acacias,
a quien en otras orillas,
llaman Luz de la Fuensanta.
(Ocho poemas a Frida Khalo del libro RITUALES PAGANOS – 2019)
FLORES PARA FRIDA
Cada flor que te ofrendo,
lleva una voz del alma
cosida a cada puntada de tu cuerpo.
Flor de fuego,
para pecados cometidos,
flor de amor,
para los que jamás cometiste,
flor de terciopelo púrpura;
pasión y sufrimiento,
orquídeas para verse en espejos.
Blancas nubes
florecillas para el reposo.
Mariposas y azucenas
en tocados de tu pelo,
en orlas de tu falda;
bordando jardines
para cubrir
tu herido cuerpo.
En enaguas y en huipiles
del istmo o juchiteca,
rasos y sedas en ajuares,
caricias de amores perdidos,
entre hiladillos y blondas.
Cuadros que cuelgan memorias;
fajín, listón y telar,
holán y encaje,
brocado de satín,
mantones y plisados.
me ofrendas
y te ofrendo.
Y tú, en tu pintura.
Yo, en tu piel
y en tu vestido.
REBOZO
Del rebozo que me cubre,
del labrado fleco que me cuelga,
un abrazo en el cuello,
un ahogo en el pecho.
Del abrigo que me arropa,
la espalda o la cabeza,
pensamientos que tejemos
bañados con cenizas.
Un morral de cestería,
un pantalón heredado,
atado con faja de urdimbre,
vacía cartera,
vacío vientre,
llena de amor,
llena de amor y vacíos.
Entresacados mil hilos,
del rebozo sus vainicas,
entre el cajón de la vida,
estamos en reposo.
247 DE LA CALLE LONDRES
(Coyoacán/México)
Allí estaba mi estancia,
en tu patio añil:
despacio adentré tu casa solariega.
Paseando bajo árboles,
entre sombras,
abrazando tu memoria en los tiempos.
Allí, mirando colarse la luz
sobre tu silla,
entre cortinas,
tras cristales,
quebrando al sol,
para penetrar tu cuerpo.
Pasos circulares fueron antesala
en la plaza de los lobos,
preámbulo del retorno,
a tu refugio azul,
posada de memorias.
Cada plato pegado en tu cocina
centellean extendidos,
por suelos, mesas y fogones,
retratos visten tus paredes,
y traen soledades perdidas
en el bosque de tus tiempos.
Azul tu casa
y cerúleas tu vida y la mía.
CAMA
Bajo el dosel y el espejo…
entre cuatro patas torneadas
pegados lamentos
esconden sueños.
Sobre él,
y bajo el techo,
un corsé de hierro y cuero,
con latiguillos y cordones,
ojales, broches y corchetes.
Una caja con ventanas,
un balcón para tus restos,
colgados títeres y muñecos,
miran el magnolio,
la palma y el cerezo.
Fotos y retratos
en su altar por cabecera,
caballete sobre el vientre,
pintando niños muertos.
De croché y flecos tu colcha,
recostadas tus muletas,
un secreter y tus lienzos,
con el diario y el recuerdo.
JARDÍN
Ojos del pez en el estanque,
poros de piedras,
sobre esa pirámide que plantas,
bajo escalones con cien cactus,
por caminos de lajas,
un paseo de ocres macetas,
florecen entre ventanas.
Ojos del pez en la fuente,
tristes tus ojos desde estancias,
ojos en mundos que pintaste,
y en mis ojos,
otros cielos que aquí entono.
Parpadeo vital que me llovizna,
lagrimeo sonriente que me abraza,
telas templadas en bastidores,
entre pinceles que nos aguardan.
Allí permanezco aún viva,
en cortezas de tu árbol,
queriendo ser madero
de un siglo ya pasado.
En tu jardín,
no te lloro, Frida,
no te lloro.
Frida;
en tu jardín,
yo te canto.
IMAGEN
Tu llevaste al lienzo
esa imagen perdida
para hallar tu propia cita.
Desdoblando cronos,
tres ojos,
el entrecejo,
cerrados labios,
en clausura de tu boca.
No hay sonrisas
para acariciar tu pelo,
llevando el yugo
de tu soledad sola.
PARA PINTARTE
Aquí me veo tratando de verte,
y si tú pintaste tu vida
sin pintar tus sueños…
yo pinto ilusiones de mundos y cosmos.
Tú y tus niños perdidos,
yo, con algún infierno,
ambas con piernas rotas,
y golpes de dolor en el pecho.
El retrato fue tu comienzo,
y tu vida fue silueta.
Tras líneas y conceptos,
yo creo mis universos.

OSCURA SOLEDAD
25 de febrero de 2022 (A Ucrania)
Se hizo noche
oscura soledad
y ruido que asombra
Sirenas advierten
vuelos destructivos
muerte
y más oscura soledad
Llora un niño
gime la madre
llora el abuelo
sobre el mango
de un viejo bastón
más viejo que él
tan viejo
qué recuerda
el sonido de otros llantos
de otras guerras
Quizás el árbol
supo de otros vuelos.
De sus ramas
la viga del búnker
la cuna
la cama
el crujido del viento
el deseo de una paz
paz para siempre
Sólo el hilo de la vida
nos ata como cables
unos a otros
Y aquí
en la esquina
del continente
me parapeto
en el silbido
de avispas
y trato
de recordar
esa felicidad escapada
de milenios
Prefiero el paraíso
la expulsión
la serpiente
el olvido
Qué Sentir
un latir de ausencias;
El ruido que asombra
el silencio de la muerte
que se hace cada noche.
Del Libro UNGIDA – 2022
HERIDAS
21 de marzo de 2022 (A Ucrania)
Hoy
pido tiempo de silencio y
ausencia.
Hoy
abruma esta historia
del día a día,
de hora en hora.
Hoy:
tanta soledad y olvido,
carencias,
invasión y guerras,
migración y exilios,
tanta,
tanta soledad y olvido,
ese llanto,
el ahogo,
incertidumbres tejidas,
incluso la dignidad
por la supervivencia
abruman.
Hoy
en acción
de constricción
comienzo por
no estar presente,
por no pronunciar
palabras,
palabras que
se atragantan
PORQUE
YA NO HAY PALABRAS.
Hoy
quizás solo quede
una oración desde
lo más interno,
por una Paz, PAZ…
PAZ para el mundo
y toda la gente.
Del Libro UNGIDA – 2022
Ivonne Sánchez-Barea