Cinco poemas de Agustín Benelli

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Te presentamos cinco poemas del poeta chileno, Agustín Benelli

Fotografía: Sonia Carrasco Stuparich.

HASTA LA ÚLTIMA YEMA DE LOS DEDOS

Zigzagueo

como quien oculta con el movimiento

la nostalgia

Es el verbo que conoce el desquicio

la furia de la bestia urbana en los manglares

del suicidio del viento sobre mi cabeza

Sopla el animal un rastro en el tiempo

y florece al llegar al alba

anida en los poros

una especie diferente de garra

porque algo apretuja la voz

y no te alcanzo con el aullido

por más que mi pupila

te sostenga

Podría estropear la autoridad de la luz 

porque el deseo es mayor 

al sabernos bajo el mismo sol 

y no lograr abrazarnos

hasta la última yema de los dedos

Permanece el amor

pero me fatiga el dibujo del mundo

el ropaje largo y ancho del miedo

VOLVERÁ EL ORFEBRE 

En tu propio vuelo

atraparás el aire

y lo dejarás pasar 

de un cielo a otro cielo

tu rostro como una antorcha

no tocará la oscuridad

Porque tú sabes

que es peligroso leer poemas

en vagones derruidos 

obsesionarse con la hoja en blanco

como quien mira 

un ave caer del firmamento

Descubrirás

que el temblor es hermoso 

al dejar reposar tu cuerpo en la arena  

ya no te afligirás con leyes 

que trastornen tu espíritu

Volverá el orfebre 

con el canto de los niños

Más joven que nunca

remará en la corriente 

en la leyenda de Ulises 

entre nubes de caballos 

en la bóveda celeste

En los mares del interior 

pondrá su pie en dirección a tu comarca

donde te buscará vestida de lino 

insurgente en la matriz de los sueños

en tu propio vuelo 

en tu propia experiencia

LOZANA PERSEVERANCIA DE LA LLUVIA

La raíz de esta hoguera

posee la ternura del abrazo

y tu aura no cesa de existir 

en mi tenaz sueño que madruga

Muchas epístolas 

anteceden al reencuentro 

y anidan la lozana perseverancia de la lluvia

que cae a la espera de levantar

la verdad de tu pezón

hacer estallar lo táctil del beso

la sagrada hora de fundir

labios sobre labios

UNA LINTERNA

El río enciende la palabra

el oído abre sus cortinas

y la voz ocupa su lugar en la planicie del frío

y dentro de la palabra llamada cuerpo

una linterna

un corazón que despierta

Porque la vida

nunca fragmenta las aguas

sino que las multiplica

porque anhela la cohesión de sus átomos

En tanto en los ojos de la noche

un pájaro vuela bajo níveos espacios

de algodón y porcelana

y yo pregunto

quieres quedarte en mi alcoba

en mi sueño de tibias aguas?

VUELO RASANTE

No negaré al poema abrir su puerta

al vuelo de los pájaros

al vuelo rasante de los sentidos

al aullido de los astros a lo lejos

al remolino de sensaciones

que babea sol

en gotas de éxtasis

humedeciendo tu cuerpo al despuntar la tarde

Piel de alabastro

cuerpo alzado en la alcoba

junto a tus grandes ojos

sin la cruel angustia

de las horas inmóviles

Tu piel

envuelve el pasado en el derrumbe

borra lo hilvanado con la ola equivocada 

y renaces en el tejido de la tarde

en puntadas de oro fresco

Respirar las magníficas ráfagas de oxígeno en la frontera

nos seducía

nos hacía felices




 

Equipo de Redacción

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