Benengeli 2023: Entrevista a Esther Bendahan Cohen

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Entrevistamos a la escritora Esther Bendahan Cohen, invitada en el Benengeli 2023, para que nos hable de su obra y del vínculo de las mujeres en la épica.

Esther Bendahan

Esther Bendahan Cohen es una escritora comprometida con la cultura que desarrolla como Directora de Cultura del Centro Sefarad-Israel, consorcio del Ministerio de exteriores, Comunidad de Madrid y Ayuntamiento de Madrid. Doctora en Filología francesa. Es autora de las siguientes obras: Soñar con Hispania. Editorial Tantín (2000); Deshojando Alcachofas, Editorial Seix Barral (2005). Premio Fnac autor revelación; Déjalo, ya volveremos, Editorial Seix Barral (2006); La cara de Marte, Editorial Algaida. XXIX Premio Tigre Juan; El secreto de la Reina Persa. Esfera de los libros. 2009; El Tratado del alma gemela.  Premio Torrente Ballester de Novela 2011. Ediciones del viento; Una hora solamente de la hora del día, Editorial Confluencias, 2016; Tetuán, Editorial Confluencias, 2017; Sefarad es también Europa, Prensas Universitarias de la Universidad de Zaragoza, 2017; Los judíos sefardíes, colección infantil: Un mar de Historias, libro ilustrado por Zuzanne Celej, Editorial Mediterrànìa (2018). Se dispone del libro traducido en Inglés, Hebreo, Catalán; Diario del mes de Elul, Prólogo de Ilia Galán, poesía, Editorial Ars Poética (2019); Si te olvidara, Sefarad, Editorial La huerta grande, ensayo (2020); Coautora junto a Israel Doncel de Emma lazarusa los pies de la estatua de libertad, Huso editorial (2021); La autora, editorial Confluencias (2022); Maledicencia, colección los pecados capitales, PPC editorial.

Entrevista a Esther Bendahan Cohen

Fotografía: Javier Schejfman

Sí, la memoria forma parte de mi impulso literario. Un escritor más que reparar el pasado (la reparación les corresponde a los gobiernos a los legisladores), puede denunciar, hacer que exista un acontecimiento olvidado, darle palabras.

-La memoria es fundamental en tus libros, ¿crees que es una manera de hacer justicia? ¿de reparar el pasado, si es posible?

Sí, la memoria forma parte de mi impulso literario. Un escritor más que reparar el pasado (la reparación les corresponde a los gobiernos a los legisladores), puede denunciar, hacer que exista un acontecimiento olvidado, darle palabras. Estoy leyendo un libro apasionante, Totalmente extraoficial de Raphael Lemkin, un abogado que creó la palabra Genocidio. Cuando conoció la matanza de armenios, más tarde la shoah él luchó en el ámbito diplomático de Naciones Unidas para que sea considerado y tratado en la justicia universal un delito algo atroz que no tenía nombre, luchó para que se pusiera freno a la barbarie por medio de un tratado internacional que sancionara el crimen de genocidio. Una palabra puede crear, creo en su poder, de otro modo es lo que puede hacer el escritor con sus narraciones, versos, textos.

-Al hacer un repaso a tu obra vemos la importancia que tiene en ella la tradición sefardí, la historia de los judíos. ¿Existe en la épica de tus personajes una búsqueda incansable de las raíces? ¿Crees que tus escritos ayudan a acercarnos desde otros puntos o culturas al mundo sefardí?

Me interesa la historia sefardí, sobre todo porque vivo en España y vengo de ese exilio. Pero más que el folklore me interesa su actualización y significado profundo como parte de la historia de España. Me interesa traer personajes como Emma Lazarus quien escribió el poema que está a los pies de la estatua de la libertad y que se reconocía como española. Hay un mundo Sefarad fuera de España que hay que recuperar como parte de nuestra historia.

-¿Cómo confluyen en tus libros las experiencias personales y la ficción?

En muchos de mis libros convierto en ficción esa experiencia, y hay un tiempo cuando estoy escribiendo uno que todo parece tener sentido, cada conversación, sensación, desde la lluvia a un encuentro fortuito adquiere algo sagrado. Desde pequeña consideraba que una historia salvaba a alguien del olvido. Por eso mis libros son mi pacto con el tiempo y la vida.

-Tu tratamiento del tiempo, el pasado y el presente, ¿es una herramienta que nos aproxima a la normalización de la presencia judía en España?

Sí. Hay muchos prejuicios, un antisemitismo plástico y gaseoso que a veces es indefinible. En ese sentido nunca he ocultado mi judaísmo porque creo que España tiene en su historia mi historia, somos esa región que decía Jacob Hassan sin territorio, pero que hay que mantener y respetar, además estoy vinculada a la cultura judía en general, me siento también cerca de Singer, de Roth, son mis guías literarios. Se trata simplemente de partir de esta cultura, de lo propio que es también universal.

Hay muchos prejuicios, un antisemitismo plástico y gaseoso que a veces es indefinible.

-Poesía, ensayo, novela, artículos en distintos medios de comunicación… ¿cada historia elige cómo debe ser contada?

Sí, digamos que eligen y esperan, se quedan allí hasta que no pueden callar más, a veces es un grito.

-Has escrito diferentes ensayos. Háblanos del proceso de documentación, de la elección de los temas…

Leer es la base, claro, busco siempre la relación de los temas que indago, con la ficción. El ultimo que he escrito es uno que se titula Malediciencia, dentro de una colección sobre pecados capitales, cuando me sugirieron escribir sobre un pecado capital le comenté a Rafael Narbona, que es quien me lo pidió, que prefería escribir sobre un pecado que en mi cultura judía es esencial, lashon arah (lengua venenosa), que se puede traducir por maledicencia. Es un tema que me ha interesado siempre. Me basé en lecturas y creaciones que de algún modo pudiera relacionarse y encontré relaciones sorprendentes.    

-El conocimiento es parte de la vida. Pienso en libros como “La autora”, ¿qué importancia otorgas dentro de las tramas de tus novelas y dentro de la construcción de tus personajes, al arte, a la escritura, al hecho creador?

El derecho de autor es un derecho humano fundamental, el sector del arte es muy vulnerable, la obra es un bien, supone esfuerzo y trabajo. El propietario de una casa puede dejarla a sus nietos y demás descendientes, mientras que de la obra sólo se tiene el derecho 70 años (y paradójicamente se llama liberación de derechos), es un acto de generosidad, ¿no crees? Pero hay que cuidar esos derechos por justicia, eso no impide que pueda difundirse, que llegue a todos. Lo curioso es que una y otra vez se cuestiona, como si fuera en el único ámbito que la propiedad es cuestionable. Considero que la creación no se limita a los artistas, forma parte del desarrollo humano, en ese sentido también me interesa la creación de empresas, la ciencia. Siempre he pensado desde niña: si alguien puede, yo también. Así aprendí a nadar.

El derecho de autor es un derecho humano fundamental, el sector del arte es muy vulnerable,

la obra es un bien, supone esfuerzo y trabajo.

-¿Y las mujeres en tus novelas? Háblanos de tus protagonistas.

En mis novelas las mujeres son personajes importantes, en realidad surge de modo natural, no es una imposición ni social ni personal. Hay hombres y mujeres porque forman parte de las historias que cuento. Me ha preocupado la mujer y su monólogo interior, las mujeres que vienen de fuera para trabajar y ganarse la vida, como Daniris un personaje de Deshojando alcachofas, o la niña de Déjalo, ya volveremos que ve pero no comprende lo que sucede a su alrededor. Me interesa que mis personajes tengan debilidades, pasado, miedos, y procuro que tanto hombres como mujeres sean más que su género, claro.

-En algunas entrevistas has dicho que para ti es fundamental la búsqueda de la palabra exacta. Cuando construyes una historia, ¿ dónde queda la forma y dónde el fondo? ¿Qué es más importante para ti a la hora de escribir?

Sí, y, además, para mí lo importante es que la historia que voy atrapando esté viva. Eso quiere decir que no invento sino que descubro. Diseño una forma, decido capítulos, les doy nombres, en alguna ocasión escribo el final para tener un destino, y releo y releo. Es verdad que busco las palabras exactas, pero es que confieso que mis frases en muchas ocasiones surgen en desorden, y luego tengo que organizarlas, darles formas, como si fuera una materia que hay que modelar. Quizá es por mi origen, porque nuestro español es del estrecho como dice Jacob Israel o simplemente que forma parte de mi naturaleza, donde el pensamiento ordena, es implacable y con voluntad debo domarlo.

-Tu escritura busca la sencillez y la cercanía al lector, con personajes familiares que invitan a la reflexión personal, ¿crees que de esta manera se facilita la reflexión colectiva? ¿La reflexión sobre la identidad?

Sí, es cierto que busco la sencillez. En la vida me gusta la cercanía, la teatralidad me desconcierta y termina enfadándome. El texto se aproxima a un lector y no quiero ni que le engañe ni confunda, únicamente que susurre, que cuente, que descubra y también entretenga. Me interesa la reflexión en la identidad personal y colectiva, pero la que huye de la masa de la que hablaba en Masa y poder Elias Canetti, porque debemos reconocer en nosotros la complejidad de las identidades que nos conforman así al ser muchos a la vez se bloquean los totalitarismos que tiene vocación de unidad.

-Si hacemos un recorrido por tu trayectoria, la defensa de los derechos de la mujer es una constante. ¿Cómo ves en la actualidad el papel de la mujer, en concreto en la literatura?, ¿en la cultura en general?

Considero que hay muchas mujeres y hombres que hacen mucho en defensa de la mujer, yo me limito a apoyar y participar en ese debate amplio. Evito, eso sí, los paquetes ideológicos, me interesa entrar en los temas, pensar para formarme una opinión. Sobre los debates que están en la actualidad aun no sé lo suficiente, si tengo intuiciones, pero en muchos aún no me he formado una opinión. Creo que es necesario como reparación histórica dar espacio a las mujeres, contamos con siglos de falta de referencias. Duele no encontrar mujeres en la historia de la ciencia, del arte…sea cuales fueran los motivos, siento que ese vacío es terrible porque carecemos de ese origen. El esfuerzo actual de incorporar mujeres en todas las áreas ayudará a salvar el futuro. Sin embargo, creo que hay que buscar el equilibrio entre la paridad y la excelencia.        

-Eres una escritora muy prolífica, con numerosos premios y reconocimientos, ¿qué libro (o qué premio) te ha marcado más? ¿Alguna anécdota o experiencia que lo haga especial?

Para mí más que los premios (que agradezco) lo que me ha marcado ha sido integrarme en grupos de amigos escritores, estar con ellos, hablar de libros, intercambiar opiniones. Esa sensación de pertenencia a un mundo compartido. Hay características comunes, ese mundo común para mi es importante, me sentía que rompía mi exilio, aunque no puedo decir que soy una exiliada en todos sus sentidos, si me he percibido así en algunas edades.

Al principio me sentía sola sin ese espacio. Un escritor Mois Benarroch con el mismo origen que yo al leer un libro que escribí con Ester Benari – dos partes, una suya y otra mía-, me dijo que era como si lo hubiera escrito él mismo. Y así me convirtió en escritora. Es un lector quien puede abrirte a esa dimensión, también un editor, porque publicar luego en Seix Barral me dio la oportunidad de conectar con muchos otros, el Premio de la Fnac a Deshojando alcachofas permitió que mi libro fuera leído por mucha gente. Luego Déjalo, ya volveremos que ha sido publicado de nuevo, adquirió sentido por un solo lector que gracias al libro pudo reconstruir parte de su propia historia que ignoraba. Por eso cada uno de los libros encuentra su propio camino. Anécdotas hay muchas, me resultan divertidos los comentarios de lectores “regañones”, una vez me recriminaron diciendo que mi madre era muy elegante, cómo se me ocurría ponerla delantal, pero para mí era un personaje  en una novela, y estaba en la cocina…;en otra ocasión presentando un libro en un programa de cocina de TVE donde llevé los platos preparados por mi amiga Mercedes Chocron me llamaron poco después a casa a recriminarme: ¡cómo se me ocurría llamar al pollo: pollo a la moruna si era sefardí! Quité mi teléfono de la guía…

-Para terminar, ¿qué autores te han influido? ¿alguna recomendación?

Mis referencias son autores que buscan comprender, que están en su tiempo y miran tanto el pasado como el presente para lanzar al futuro una idea, una reflexión que ilumine lo oscuro. Desde Jorge Edwards que estoy leyendo hoy, Canetti que leí hace muchos años, Proust, Kafka, Assouline, Aciman, Myriam Moscona, Denise Leon, Cinthya Gabai. 

Cada año encuentro uno que deseo seguir, leer varios de sus libros, últimamente me ha pasado con el israelí Alef Bet Yehoshua. También Czeslaw Milosz en poesía, Mercedes Monmany en ensayo, y el libro que considero fundamental para dejar huella, testimonio del pasado siglo además de Primo Levi es la monumental Vida y destino de Vasilli Grossman. 


Gafe

Épica

Revista Gafe publicó en las semanas previas al «Festival Benengeli 2023, Semana Internacional de las Letras en Español«, las entrevistas que ha realizado Esther Abellán a dos de las invitadas: Esther Bendahan y Ana Santamaría.

Equipo de Redacción

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