Beatriz Giovanna Ramírez: Restaura un montón de espejos rotos y se desnuda en el mar de su poética ante nosotros. Por Eli Quezada

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Beatriz Giovanna Ramírez transcurre entre esos caminos ontológicos en el devenir existencial de la mujer como tal. Y constituye, elabora, construye un pensamiento coherente, funcional y análogo con la propuesta ideológica que defiende y donde nos brinda su poética ascendente. Una poesía diferente, erigida sobre la base de aforismos.

Beatriz Giovanna Ramírez transcurre entre esos caminos ontológicos en el devenir existencial de la mujer como tal. Y constituye, elabora, construye un pensamiento coherente, funcional y análogo con la propuesta ideológica que defiende y donde nos brinda su poética ascendente. Una poesía diferente, erigida sobre la base de aforismos.
Un aforismo es una declaración breve que pretende expresar una idea de un modo conciso y en ‘apariencia’ terminada. Digo en apariencia porque desde un aforismo se pueden abrir múltiples debates y la historia se amplía se multiplica. Son como los microrrelatos. Subyace en cada poema, en cada relato poético, un sinfín de información, un caudal de pensamientos, un discurso firme con sello de mujer en este caso: una historia personal y plural con las que muchas nos identificamos y de ahí viene la expansión. Sea ficción o sea realidad lo expuesto por la escritora. Ya lo dijo Chejov, parafraseando su pensamiento, que la ficción y la realidad se unan sin revelar la costura.

En España, el máximo exponente de los aforismos fue Baltasar Gracián, del Siglo de Oro. Gracián construyó a partir de frases breves un estilo muy personal, contundente y concentrado, con gran capacidad para jugar con las palabras y relacionarlas con ideas. Pienso además en Ramón Gómez de la Serna quien con su versátil estilo construyó sus famosas Greguerías donde se burlaba, literalmente, de toda la sociedad, insertando en esas construcciones barrocas de tanto humor, sarcasmos e ironías tal y como lo hace nuestra querida escritora que denuncia de una forma potente en claves literarias los abusos de las sociedades patriarcales, puntualmente, los que se refieren a la violencia de género tanto física como emocional y psicológica. Y justamente, Beatriz Giovanna nos recuerda los aforismos y greguerías de Ramón Gómez de la Serna que dice: “Hay matrimonios que se dan la espalda mientras duermen para que el uno no le robe al otro los sueños ideales” en uno de sus aforismos.
Me encanta la valoración que Luis Artigue plantea sobre sus letras, en el atinado prólogo que le hiciera a Un montón de espejos rotos, cuando dice:
“¿Y si leer es recomponer el sentido? ¿Y si todas las microficciones de este libro juntas conforman una novela?” Mientras que Isabel Pérez Aranda dice: “(…) Los versos de Beatriz son como un puzzle completo y a la vez, un enigma en expansión, esencia de multiplicidad.” Y por supuesto yo suscribo a ambos.

Sí. Cuando Pérez Aranda dice, ‘enigma en expansión’ es justamente mi idea de que sus poemas abren infinidades de discursos y posibilidades en cuanto a lo que propone cada uno. Es un poema, el de Beatriz Giovanna donde los silencios (Heidegger) tienen múltiples sentidos, por eso la riqueza en sus construcciones semánticas. Así, al tomar el sentido de una palabra los demás quedan silenciados, y es que las palabras al hablar enmudecen a otras y sugieren: “Porque la palabra nunca representa algo, sino que apunta (be-deutet) a algo, esto es, al mostrar algo lo hace demorar en la amplitud de lo que tiene de decible.” Declara Heidegger. Esto lo logra a la perfección nuestra querida Beatriz Giovanna en sus dos obras aquí tratadas.

En las letras de Beatriz Giovanna los estereotipos tienen su aforismo y no dejo de pensar en lo genial de esta mujer cuando dice: “Un ejército de estereotipos llegó trotando: un, dos, un, dos, un, dos. Los pensamientos, impacientes, empezaron a disparar al unísono y la mente se rindió perdiendo el conocimiento.”

A mí me aporta mucho sentido cuando, justamente, su prologuista Artigue se pregunta en ese tono filosófico que yo prefiero: “¿Y si todos los espejos rotos son una posible vidriera? Y la pregunta más importante:
¿Y si escribir es coser el traje roto de lo que hemos leído?

No, Artigue, escribir es recomponer, zurcir, remendar los pedazos rotos y reinventar un nuevo espejo… reformatear ese yo vapuleado; ese yo estoico; ese yo cohibido y lacerado: ese yo roto… Es reconstruir desde las letras un nuevo SER que surge de las cenizas en las que se convirtieron esos sueños rotos, esos planes rotos, esa vida rota. La protagonista de estos poemas, sea la escritora o sea quien sea… la que lo haga suyo, se levanta de Ese montón de espejos rotos mágicamente en todo su poder. Ese ‘poder de voluntad’ que habla Nietzsche (el satanizado no filósofo pero incomprendido; pero ese es otro cuento); Con esa ‘Voluntad de vivir’ como le llamara Schopenhauer… pero no para dejarse romper de nuevo; no para ser débil o sumisa… no para creer en todos o cualquiera. Se levanta segura de quién es. Es ahora la gran poeta Giovanna Beatriz Ramírez, a quien todos admiramos. O es ella o son todas las que nos miramos en esos pedazos de espejos rotos. De eso se trata.


A mí me sedujo de inmediato lo conciso, preciso y profundo de cada micro-relato-poema; ya las fronteras se rompen a discreción. La creatividad otorga licencias a los creadores como Beatriz Giovanna. Se vale atreverse a por lo nuevo. El resultado es una excelente propuesta poética que a todos cautivará.
Yo no creo en las coincidencias más bien creo en sincronicidades, en causalidades, en el momento justo. Y no existe mejor tiempo que este para analizar a una escritora que siempre me ha parecido genial, auténtica, como decimos en este territorio insular dominicano: una guerrera de armas a tomar. Y por supuesto sus armas son las palabras, las letras, las metáforas y metonimias: los aforismos. Sus lectores saben por qué lo digo y los que aún no la conocen lo entenderán al leer sus propuestas literarias.


Tuve el privilegio de leer de su autoría además del ya citado (Un montón de espejos rotos), DESNUDA JUNTO AL MAR, que nos ofrece muchas lecturas; pero antes de pasar a la multiplicidad simbólica del mar, quiero contarles a todos, que recogiendo pedazos rotos del montón… no salí ilesa. Salí casi herida. Encontré junto a sus pedazos rotos los míos.


Encontré además, por un lado, a una mujer que supo fragmentarse pero erigirse sobre ese montón de espejos como la mujer poeta entera que es hoy. Una mujer de espejo nuevo. Esa que no se cambia por nada ni por nadie. Lo que ella no sabe y tal vez supone por el título de mi ópera prima, si la conoce, que no me consta: Amores rotos, [Alternativa Editorial, España, 2004] es que existen tantas analogías en nuestras historias en cuanto al leif motiv poético; y hubo momentos leyendo su magnífica obra ultramoderna, en los que he tragado seco; y/o se me aguaron los ojos; y me sentí tan identificada que hice mío cada aforismo, cada frase, cada sentencia, cada verso.

La poeta elabora magistralmente un discurso erótico finamente labrado de figuras exquisitas sobre la base de ese desamor que vivimos muchas mujeres en matrimonios áridos, nulos, donde la fantasía es aliada de nuestras vidas justamente para sobrevivir a la tragedia. Las mujeres que transitamos esos lugares vacíos de caricias; de comprensión, de amor, nos internamos en una especie de soledad que se vuelve creativa por nuestras aficiones, si se quiere; o nuestra profesión si está relacionada con el arte. Todas sin excepción contenemos ese grito de mujer que necesita sentir, que reclama volver a la vida; vida secuestrada, literalmente, por un hombre cuyo espejo se transfiguró: o la máscara cayó; o simplemente se cansó de ser quien no es; o no sabe amar o creímos amar; o todas, o ninguna de las anteriores. ¡Vaya usted a saber!


“(…) hay un espejismo en tus ojos claros,
Un oasis eterno en el que quiero morir
Hay un corazón que palpita
Y se escucha en los tejados.
Hay un árbol de vida que me habla
de manzanas y serpientes.
Hay un deseo que se mueve y da señales de vida.
Si digo orgasmo: ¿tendré uno?
Soy la iglesia rosa que espera el monje.

En este poema hay asuntos trascendentales como la fijación de dogmas que nos hacen vivir como los otros quieren que vivamos; o sea con ‘lo política y teológicamente correcto.’ Y el poema nos repara sobre manzanas y serpientes, sobre árbol de la vida, de forma sarcástica’ hablando de un génesis inventado. Probablemente el personaje real o ficticio cargaba un peso, una maleta, un equipaje en ese viejo espejo, o la voz poética al vivir esa experiencia; Que no asumo ni lo aseguro pero es lo que sentimos las mujeres atadas a un matrimonio legal y religioso inconveniente y miserable. Y para colmo que no se imagina ni siquiera lo que es un orgasmo. Es tan deprimente; pero al mismo tiempo tan ingenuo tan sabio tan esclarecedor de los escenarios donde coexisten muchas mujeres con hombres machistas que solo usan su ‘monje’ para entrar a la iglesia parafraseando a la misma Beatriz Giovanna.

Y lo digo desde mi singular experiencia. Solo las mujeres que vivimos eso podemos entender a cabalidad. Y termina en una de sus sentencias-poema-aforismo de título


EX ESPOSA:
“El divorcio fue el comienzo de la vida. Ser “esposa” era un castigo que no se merecía. Se prometió a sí misma ser “mujer” toda la vida.”


Con lo cual estoy completamente de acuerdo. Y es que son tan inteligentes tan juiciosos los poemas que no puedo dejar de citar o se me hace difícil discriminar entre uno y otro. Por ejemplo: El Extranjero: “Había sido extranjero en muchas tierras. En su tierra, ya sus colegas no lo consideraban uno de ellos. Cada lugar que frecuentaba le fue develando su destino “ser extranjero”. Poco a poco comprendió que ser extranjero es estar lejos.”


Los que vivimos fuera de nuestra tierra sufrimos exactamente de lo mismo. Es un sentimiento de: ‘no soy de aquí, ni soy de allá.’ Y ese estar lejos que cita la autora de forma genial no es más que la sensación de no pertenencia aun perteneciendo. Es como una soledad dentro de la multitud. Dentro de la familia, dentro de un grupo social.
Pienso, particularmente, que los artistas, los creadores sufren de ese ‘mal migratorio’ y tiene que ver más con la comprensión, la discriminación y asuntos existenciales. Por lo menos pienso que tenemos un sentimiento universal más que local.

Con respecto a otro de sus libros que acabo de disfrutar: DESNUDA JUNTO AL MAR, podemos percibir la mezcla de sensualidad, erotismo y esas sentencias inteligentes de una mujer que sabe lo que dice, cómo decirlo y cómo presentarlo. Me parecen dos obras impecables, ambas, de mucha imaginación creativa pero de mucho profesionalismo. El siguiente poema es un reclamo a la necesidad de ser amada, atendida, acariciada, incluso, cuando dice: (mis dedos en el cielo dichoso) claramente alude a la auto-satisfacción de una forma muy mito-poética. Encantador.


Del poema, El bello durmiente:

“Tus cabellos de oro embriagaban mis dedos.
(…)
Hipnos me miraba.
Y entre el sueño y mi sueño,
dormía con los ojos abiertos.
Te amaba, te soñaba: te amaba y te soñaba.
Mis dedos en el cielo dichoso
De un hombre dormido que amaba.
Soñaban, soñaban: soñaba que te amaba.”
Pág. 16

JCSANZPHOTO

La técnica de la repetición lo hace muy orgánico, muy sentido. La verdad que, me siento gratamente satisfecha al reconocer la calidad incuestionable de la escritora que es Beatriz Giovanna Ramírez a quien tenía mucho tiempo de conocer por las redes; pero, como no soy muy asidua allí, se me había perdido de vista; lo más probable que la perdida era yo. Me encanta su trayectoria, su carrera de obstáculos logrados al cien por ciento. Y su imaginación creativa. Me gustan sus ideas de Ping back y sus diagramaciones modernas y todo el engranaje de presentación de su obra. Le auguro todos los éxitos del mundo a una mujer que nos hace sentir orgullosa de serlo. Debo remarcar aquí que Beatriz Giovanna ha sido traducida al catalán: inglés, rumano, búlgaro, alemán, y portugués. Me encanta como la define Rosario Valcárcel y con esto me despido, cuando dice que: “Beatriz es una poeta que sabe hilvanar con una voz espontánea y fantasiosa los temas del amor y los apetitos con una sensualidad cándida.” No lo podría decir mejor. De hecho, al inicio digo algo análogo. Beatriz Giovanna es elegante, ingeniosa, profunda, con una mezcla entre ingenuidad y sabiduría. Por supuesto que invito a leer toda su obra.

Eli Quezada,
RD.18/2/2021
amoresrotos@gmail.com

Foto Juan Sanz


BEATRIZ GIOVANNA RAMÍREZ. Nace en Colombia. Adquiere la nacionalidad Española. Su primera obra ‘El camino a la tienda’ se publicó en el 2002 como monografía en creación literaria. Ejerció durante años como profesora de Lengua Castellana y Literatura. Diplomada en Creación Narrativa en la (UC). En España se Licenció en Teoría Literaria y Literatura Comparada (Universidad Complutense de Madrid), Postgrado en Literatura Castellana para la Igualdad de Género (UNED). Ha finalizado el Plan de Estudios del Máster en Investigación de Estudios Feministas, de Género y Ciudadanía. Ha colaborado en varias revistas literarias y periódicos digitales. En el 2012 publica su primer libro de poesía: Antes de entrar en el bosque, Un montón de espejos rotos, Microficciones en escenas de pingback, Poesía de Alta Traición; y Desnuda junto al mar, su más reciente obra. Ha colaborado en varias revistas literarias y periódicos digitales.

Equipo de Redacción

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