«Arena en los ojos» de Mar Zeraus; por Angélica Guzmán Reque

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Reseña literaria de «Arena en los ojos» de Mar Zeraus; por Angélica Guzmán Reque

Es a través de la ironía que comienza la libertad.

Víctor Hugo

La obra Arena en los ojos de la escritora Mar Zeraus nos deleita con microcuentos o  microficciones de una  ironía sagaz y reflexiva sobre los quehaceres de la vida diaria. El por qué de la arena en los ojos porque, te ciega los ojos y no te deja ver más allá de lo que quisieras. La arena en los ojos te hace pensar que te encuentras en una penumbra que durará el tiempo que dure la calima, dirigida por el Rey de Arena, que todos le temían: “Era capaz de meterse en sus miradas y ganar cualquier batalla.” Porque era un Rey que gustaba del verano, que era cuando “sus castillos y propiedades se multiplicaban por todas las playas del mundo.” ¿Será que, en algún momento, se descuide este poderoso Rey y se pierda en las playas de un verano candente? Porque “Un verano, el Rey de Arena perdió su corazón en la playa. Alguna caracola lo cogió como casa. También en pequeños cuentos hay okupas.”

La autora, como es característica de este género, ironiza en muchos de los aspectos conque nos refiere el tema involucrado. La ironía es el uso del lenguaje mediante expresiones que dan a entender o bien lo contrario a lo que realmente estamos diciendo o a lo que se podría interpretar simplemente con el significado de nuestro lenguaje. Es un tema tratado desde la antigüedad, el gran Sócrates gustaba de ponerse en contacto con sus congéneres, especialmente con sus contrincantes a los que fingía darles la razón, para luego oponerse, dándole a entender que no sabía lo que decía o ignoraba por completo de lo que hablaba. La ironía es una forma literaria que es parte de los microcuentos porque, por lo mismo que son breves, requiere de la expresión filosófica contundente para poder entenderse mejor lo que se quiere decir, que muchas veces ocasiona la risa o la burla de lo que se lee. La autora hace uso de la sutil ironía en muchos de sus cuentos, así, por ejemplo, en el cuento Aquí “De cuando Aquí se llenó de gente. (…) Y nadie se movió. Nadie quiso ceder. En Aquí había muchísima gente, pero todos estaban solos.” ¿De qué gentío se habla? Si todos se sentían solos, éste es el otro tema, el de la soledad, que está expuesto desde distintos aspectos de la vida.

La soledad es el tema que se cierne en varios de los cuentos, es como un hilo conductor. Esa soledad que es parte de estudios y reflexiones, de investigaciones por parte de la psicología, la sociología, la medicina porque es parte imperante en la vida del ser humano de nuestros días, aun en compañía de los demás.

La soledad parece ser un estado natural de la humanidad que nos circunda. No importa quien esté a tu lado, parece llevarla en el alma y, si nadie la ve, tampoco la siente: “Al final, le dejó su tarjeta en el limpiaparabrisas: «Llámame, aunque sea para insultarme” La presencia ausente, aquella que requiere de mucho ruido para hacerse sentir. Todos sabemos que la soledad es un mal que se va extendiendo como la hierba mala que va derrotando a las plantaciones, hasta empequeñecerlas y profundizarlas en lo hondo de la tierra. Si hubiera alguna visión que no solo viera, sino que sintiera, haría como el más hábil jardinero de extraer de raíz lo que hace daño a la humanidad, tanto que, inclusive la conduce hacia el suicidio. La autora hace alusión al silencio de las piedras porque son las únicas que no sienten o, no parecen sentir porque el dolor es de todo ser que vive y siente: “–El dolor, ¿qué es?  —preguntaban los dioses caminando entre piedras.  Estas miraban de reojo, sorprendidas de tanta ironía” La ironía del dolor que parece que solo el que lo siente es capaz de expresarlo, mientras tanto, nadie se conduele del doliente.

Qué es un adagio, es una enseñanza moral, siendo desconocido, no tiene un asidero moral reconocido, como se puede entender, de manera irónica cuando expresa: “Él la esperaba en el altar, rodeado de varios cuervos negros. Nervioso se preguntaba, qué habría tras aquel velo.” Es que acaso, alguien podría descorrer ese velo que cubre el misterio que encierra la vida de dos seres que dicen amarse y, pronto descubren que la fantasía de palabras de hechizo, solo eran el cascarón que cubría esa apetitosa pulpa que luego sabe amarga.

La ironía de la traición que es la que representa la “Última Cena” la vil traición de que fue objeto Jesús.” – ¿Qué tal si dejamos La Última Cena para el año que viene? Para poder estar todos en la foto — dijo Jesús, haciendo un guiño con el ojo, a los apóstoles.”

Y. la última cena se pintó como Jesús vivía, que no aplazaba sus designios. Todos juntos, aun el traicionero que pudo salir en la foto. Y, desde hace más de 2000 años, las cenas se realizaban con fieles y desleales.  

Y la ironía de las pasarelas, de esos lugares donde se maneja a la mujer como un objeto de masas, como la manipulación perfecta de la llamada “belleza de la mujer”. Sabemos que la moda es pasajera, como pasajera es la belleza de las personas. Nada permanece. El basurero siempre listo para echar los desperdicios. “Con el pecho inflado y moviendo las caderas como el Big Ben, caminó por la pasarela mostrando un escote abierto de una bata gris con bolsillos a juego. Luego pasó la mopa”, todo acaba en la nada porque dice bien, la mopa es la escoba, la que barre y acumula la basura de los desechos, de lo que no sirve. Nos dice la diseñadora de alta costura francesa fundadora de la marca Chanel “Al cuidar de la belleza, hay que empezar por el corazón y el alma, de lo contrario, ¡Ningún cosmético ayudará!” – Coco Chanel

Tampoco se le olvida la imaginación que es la que nos permite vivir en “El país de nunca jamás” que parece ser el país o cualquiera de los países del mundo, donde vivimos y, no solo soñamos con un mundo mejor, sino nos atrevemos a cruzar esos linderos y nos permite ser parte de ese mundo maravilloso, aunque todo se volatiliza: “–Prueba un poco, ¡es polvo de hadas! —le dijeron. Desde entonces, va buscando su sombra perdida.” Una sombra que no se refleja porque solo la percibimos con la imaginación prodigiosa de la ensoñación. Esos polvos de hadas que nos visitan, cada vez que tú la quieres así. Al igual que tu mente, no sabemos si distorsionada para unos, lógica para otros, te permite vivir en un mundo solo para uno mismo, sin importar lo que los demás piensen lo contrario: “Tras varios meses de terapia conductista, confesó sus miedos. Desde pequeña buscaba y vigilaba los ladrillos en el cielo, no fueran a estar sueltos.” 

Son muchos más los microcuentos que se pueden leer y sonreír, los que caben en el libro de Mar Zeraus, que con su prodigiosa imaginación nos deleita y nos da un mundo de reflexión en la vida. Felicitarla y pedirle que no cese en regalarnos sus cuentos y vivencias.

Nos dice Jacinto Benavente, el célebre escritor español: “La ironía es una tristeza que no puede llorar y sonríe”

Me gusta la frase del gran dramaturgo de todos los tiempos, William Shakespeare que bien expresa: “El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.”

Equipo de Redacción

1 pensamiento sobre “«Arena en los ojos» de Mar Zeraus; por Angélica Guzmán Reque

  1. Muchísimas gracias por tus comentarios. Ha sido un placer leer tu reseña, la gran capacidad que muestras para desmenuzar los microrrelatos. Gracias

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