«Al límite del abismo», de Angélica Guzmán Reque

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Angélica Guzmán Reque reseña «Al límite del abismo», su novela publicada dentro de la Colección Digital de Novela Iberoamericana, de la Editora BGR.

La fe significa vivir con incertidumbre, sentir tu camino a través de la vida, dejando a tu corazón guiarte cual linterna en la oscuridad.

Dan Millman.

Al Límite del abismo (Colección Digital de Novela Iberoamericana, Editora BGR, 2022) es una novela cuya trama juega entre la realidad y la ficción. Realidad porque los hechos que se narran son acontecimientos que sucedieron. El accidente fue desafortunado para todos los que abordaron la avioneta, menos para uno.

El personaje es real, aunque falleció muchos años después. Vivió por espacio de cinco días, perdido en la selva, todavía indómita por aquel año (1975), si bien no desconocía por completo la vida en la selva, sin embargo, estaba mal herido, lo que le dificultaba orientarse y poder salir de aquella selva, cercana a la ciudad, a pocos kilómetros.

La obra está narrada desde dos voces literarias: la segunda que son las vivencias por las que atraviesa el personaje: “Pensabas con nostalgia que no podía ser que aquel accidente, que se mostraba desgraciado, no tuviera un mínimo de datos. Creíste con mucha aflicción que debías recordar, no debía permanecer en la oscuridad, en un abandono total. Cerrabas los ojos e imprimías mayor fortaleza para hacer que tu mente reaccionara, sin embargo, por suprema que fuera la voluntad que te exigieras, los recuerdos no emergían.” Y, la primera voz o primera persona, que son las vivencias que se entretejían en su hogar, lo poco o mucho que se podía hacer para saber dónde había sucedido el accidente y qué se sabía del mismo: “día sábado al atardecer: habían pasado 24 horas desde este acontecimiento; fue una revelación que me dejó sin habla, sin atinar a articular palabra alguna. Colgué el audífono y empecé a preguntarme: ¿qué se hace en esas circunstancias?, ¿cómo puedo encarar esta situación tan inesperada, como catastrófica? Dejé que pasaran esos minutos de estupor, no sé si fueron pocos o los necesarios para pensar atinadamente, tragué saliva y empecé a discurrir con serenidad, tomé el teléfono y marqué el número de uno y otro amigo, necesitaba conversar con alguien.”

La obra es una situación anecdótica de fe, porque gracias a ella, para los que creemos en los milagros del Señor y somos cristianos, los acontecimientos tuvieron un final feliz, gracias a la fe: la de él, en su solitaria y peligrosa morada de unos días; para la familia, la fe en el Señor y el acudir a la iglesia para pedir la salvación del personaje, padre de dos niños y de una esposa que esperaba se hiciera el milagro, más la respuesta del sacerdote que expresó con convicción: “su fe lo ha salvado”

En el fondo de tu ser, dentro de ti, están tus convicciones profundas, la roca de tu fe, de todo lo que pasa o, no pasa. Sabias enseñanzas de quien vive en comunión permanente con las palabras y el pensamiento del Señor, e iba añadiendo con la voz de la santidad: “hija, obtendrás la paz que buscas, por ahora estás un tanto confundida. Piensas que la paz es que debe ser solo tranquilidad, no es así, el Señor te acompaña cuando tú lo necesitas, cuando tú lo requieres porque te ama.

La fe esta definida como “una creencia, confianza o sentimiento de una persona en relación con algo o alguien y, como tal, se manifiesta por encima de la necesidad de poseer evidencias que demuestren la verdad de aquello en lo que se cree.”

Desde este punto de vista, la fe es la lucha por conseguir un favor de Dios que se manifiesta desde la confianza y la certeza de que lo que se pide se concederá y, fue así. El personaje de la novela un ingeniero que se movía por la fe en que el Señor le concedería una oportunidad más de vida, no dejaba de orar en medio de esa soledad en la que se movía. El frescor del agua vivificante y la sed anhelante por encontrar la luz refulgente del camino de la esperanza debían determinar ese sendero que ya aleccionaste previsoramente, creyendo que, aunque pedregoso y sombrío, no eran sino, obstáculos que retaban a tu fortaleza, a tu inteligencia, a los que todo ser humano está obligado a situar y vencerlos; a poner en ejercicio la sensibilidad de todos los sentidos, hasta enfrentarse con las múltiples puertas y saber elegir la correcta. No detenerse jamás y avanzar porque, precisamente, las dificultades son las que, una vez encontrados esos senderos nos proporcionan seguridad, satisfacción. Esos pensamientos de optimismo te hacían vislumbrar otra realidad, sabías, lo presentías que no estabas lejos de la civilización anhelada, pero, todavía debías sortear esa muralla verde que no quería alejarse de tu mirada ilusoria, pero ¡la venceré!, dijiste casi a gritos y volviste a emprender una dolorosa e inquietante marcha.

Pienso que, hoy, en que parecería que, el ser humano, sean jóvenes o mayores, hubieran perdido la fe en la vida, deben leerla porque es un testimonio de fe y esperanza que, seguro, lo entenderán.

Muchos se preguntan para qué sirve la fe y cuál es su importancia. Lo primero es comprender que la fe es un valor protagónico en la vida humana, y no solo en relación con los sistemas de creencias religiosas, sino con nuestras vivencias y el sentimiento que nos cobija.

Decía el filósofo griego Platón: “Estamos doblemente armados si luchamos con fe”

Equipo de Redacción

1 pensamiento sobre “«Al límite del abismo», de Angélica Guzmán Reque

  1. Gracias a la revista BGR y a su directora Beatriz Ramírez, quien es una incansable difusora de muchos aspectos conectados con la cultura y la literatura. Me siento honrada por ser parte de la revista y del trabajo que hago en favor de la literatura.

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