5 poemas de Manuel Díaz Martínez

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Cinco poemas de Manuel Díaz Martínez, poeta, ensayista y periodista, nacido en Cuba.

LA GUERRA

Todos los aviones regresaron a sus bases.

Pero no todos los hombres

regresaron a sus casas. Pero no estaban

todas las casas de los que regresaron. Pero

no todos los que regresaron

encontraron a todos en sus casas.


IMPOSIBLE SOLEDAD

«Huimos en puntilla de nosotros».

      César Vallejo

Huimos en puntillas de nosotros:

otras veces, poeta, nos fugamos

vertiginosamente como potros,

pero a poco de andar nos encontramos.

Veces hay en que huimos de nosotros,

y sigilosamente nos marchamos

a donde solo estemos con nosotros,

pero a poco de estar nos encontramos.

Es que la soledad jamás se alcanza

mientras el mundo vaya con nosotros,

y este mundo jamás de andar se canse:

camina de nosotros a los otros

y regresa, sin falta ni tardanza,

repleto de los otros a nosotros.


UN TREN ATRAVIESA LAS ESTEPAS DE LA MADRUGADA

A Carlos Rafael Rodríguez

No parará,

no parará,

no parará este tren hasta llegar el día.

No parará hasta las terminales del amanecer.

Con el estruendo de su prisa invade

los túneles dormidos,

desgarra los andenes desolados,

estremece los pasos a nivel.

No parará,

no parará.

Sus ruedas,

violentas y seguras,

isócronas y tercas,

golpean hasta el alma

las vías que se juntan y se apartan,

las vías que se apartan y se juntan

en una sola flecha rauda.

No parará,

no parará,

no parará esta cólera de lámparas

que cruza entre rebaños de vapores

por las estepas de la madrugada.

No parará,

no parará ni aunque los negros puentes

chillen en sus herrumbres,

crujan en sus pilastras.

No parará,

no parará.

Contra la noche y la ventisca avanza.

Viene de lejos con su faro insomne,

evaporándose en las distancias.

Reapareciendo en las soledades.

No parará,

no parará,

no parará.

Abandonó crepúsculos y ríos

tras los semáforos de las fronteras

y dejó atrás pañuelos blancos

entre amarillas novias muertas.

No parará en brumosos caseríos

ni en estaciones perdidas.

No parará,

no parará

este tren hasta llegar el día.


YA PODÉIS PERDONARME

Ya podéis perdonarme:

ya no soy malo.

ya nada me asombra,

por tanto nada me indigna,

a nadie aborrezco,

todo lo asumo.

Ya todo lo espero,

por tanto nada me hiere,

a nadie lapido,

a todos abrazo.

Ya nada ambiciono,

por tanto a nadie persigo,

de nada presumo,

a nadie hago sombra.

Ya yo no soy malo,

aunque, os lo advierto,

algunos resabios me quedan

de cuando fui humano.


PATRIA

Una extensión de tierra,

un arco de costa, un mar,

unas casas, unas calles,

tres o cuatro ríos,

sin régimen de lluvias,

un jardín, unas montañas,

algunas frustraciones

y quizás una utopía,

un guiso, una canción, un árbol,

una historia en parte emocionante,

una manera de decir las cosas,

los padres que van envejeciendo

en un patio de provincia,

acaso también unos hermanos

que completan la saga familiar,

y unos amigos…

Eso y algo más es patria

si cabe ahí la libertad.

Si no cabe yo prefiero

morirme de distancia.

MANUEL DÍAZ MARTÍNEZ

Equipo de Redacción

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