4 poemas de Dovilė Kuzminskaitė

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Albert Lázaro-Tinaut nos presenta a Dovilė Kuzminskaitė (Vilna, 23 de marzo de 1990) poeta, traductora, hispanista y profesora de español y literatura iberoamericana en la Universidad de su ciudad natal. Escribe en lituano y castellano y publica, siempre con espíritu crítico, reseñas de libros en diversas revistas literarias y para la Radio Nacional de su país. La propia poeta nos comparte 4 poemas.

LETANÍA DE VILNA

¿recuerdas cómo me llamo ciudad mía?
la ciudad destruyéndose despedazándose cayendo cada vez más
en la grandeza
la ciudad jesuítica de amores y de juramentos
rotos
la ciudad decorada con coronas de cuervos la que está en los ríos
entre este reino y aquel mundo coronada con cuentas
de rosario
la ciudad de chozas y de gloria
la ciudad de kunčinas* la ciudad vegana
poblada de híspters de las generaciones z e y
manoseada por chicos con cara de querubines
vengo a reclamarte sé que me vas
a tragar

* Se refiere a Jurgis Kunčinas (1947-2002), un célebre poeta y prosista que a finales la ocupación soviética e inmediatamente después de la independencia de Lituania, se convirtió –y aún lo es, de algún modo– en un icono para la gente con espíritu bohemio de Vilna por sus características referencias a la ciudad (sobre todo en su novela más conocida, Tūla, de 1993).


CARTA A ALGUIEN QUE NO LLEGA

el suelo del andén está pegajoso
camino sin rumbo mirándome los zapatos
para no llamar la atención
pienso en trivialidades
en la pegajosidad de los quehaceres
que sostiene los días
tardas
observo el mapa del transporte público
planeo trayectos
que nunca llegaré a hacer
tardas
los demás se suben y se bajan
sus semblantes vacíos
según el código implícito
de los transeúntes
tardas
tan solo las alarmas son puntuales
cada uno de sus aullidos
es un mensaje de alguien
que esta noche se quedará esperando
con una sílaba chirriante
entre los dientes
el cielo sin estrellas
se lame las fauces


CANON

cuando extrañaba a alguien
Juan Gelman aullaba como un perro
en las calles de Buenos Aires
por el mismo motivo Sor Juana se fue al monasterio
Horacio Quiroga escribió unos cuentos rarísimos
y se suicidó
César Vallejo escribió unos poemas rarísimos
y murió
así de sencillo
Nicanor Parra fingía
que para su naturaleza extrañar a alguien
era demasiado trivial
(por las noches leía poemas de Benedetti debajo de la manta)
Julio Cortázar
tomó un mate
y construyó
el capítulo 41 de Rayuela
Alfonsina Storni arrancó su cara de una foto
Idea Vilariño arrancó la cara de él de su memoria
tú te arrancaste de mí
yo no puedo hacer nada de eso
porque desde hace un año
cuando amanece en este cuarto vacío
te siento presente


24.02.2022

alguien está sentado detrás de una mesa pseudobarroca y negocia los barriles y los m3 del cielo y de la sangre
alguien se ofende por haber sido enviado junto al barco* porque nadie lo aprecia porque nadie lo consuela
porque casiahoraaunquenodeltodo sobre su frente cae una gota de sangre
alguien sale de un coche diplomático y muestra los puños de un blanco impoluto
alguien da la mano sonríe posa se queda parado un buen rato
(¿cuál es hoy la velocidad por segundo de la muerte?)
alguien se lamenta profundamente
son los mismos que suelen proferir condenas
incluso varias veces al día
alguien toma el café y coge el pan
sin darse cuenta de que en todo lo que toca
queda una huella de sangre
alguien tuerce el idioma este se estremece se convulsiona
las personas se convierten en meros civiles
los masacrados en números los tarados y los tiranos en políticos
algunas letraZ del alfabeto se cubren con una capa de sangre coagulada
y nosotros
nosotros giramos sobre nuestro eje mientras ellos se libran del todo
nosotros giramos como trompos mientras ellos se libran del todo
nosotros giramos tanto que empezamos a desvanecernos y ellos se libran del todo
cada día más libres
que hades estigia y valhalla
juntos

* Se refiere a una frase que pronunció un soldado ucraniano cuando efectivos de la marina rusa exigieron a él y a sus compañeros que se entregasen: “Barco ruso, ¡vete al carajo!”.


Dovilė Kuzminskaitė. Foto de Martí Albesa

Dovilė Kuzminskaitė

(Vilna, 23 de marzo de 1990) es poeta, traductora, hispanista y profesora de español y literatura iberoamericana en la Universidad de su ciudad natal. Escribe en lituano y castellano y publica, siempre con espíritu crítico, reseñas de libros en diversas revistas literarias y para la Radio Nacional de su país. Ha publicado dos poemarios, Namas su paukščio ženklu (‘Casa con signo de pájaro’, 2014) y Obsesijos (‘Obsesiones’, 2018); el primero mereció, el mismo año de su edición, el premio para jóvenes poetas de la Unión de Escritores de Lituania; el segundo fue galardonado con el premio al joven artista por el Consejo de Cultura de Lituania. Poemas suyos han sido traducidos al castellano, el griego, el estonio, el letón, el francés, el inglés y el árabe, y publicados en revistas literarias de España, México, Francia, Grecia y Estonia, entre otros países.

Tiene en su haber, además, una antología de poetas lituanos contemporáneos, Versos en blanco (Círculo de Poesía, México, 2019), traducidos al castellano por ella misma en colaboración con la filóloga valenciana María Sebastià-Sáez. Y ha traducido al lituano, por ejemplo, a los mexicanos Alí Calderón, Mario Bojórquez y Rosario Castellanos; los chilenos Isabel Allende y Tomás Cohen; los españoles Irene Vallejo, Mario Escobar y Maurilio de Miguel Lapuente; la argentina Alicia Steimberg; la peruana Blanca Varela; la boliviana Alicia Zamudio; la paraguaya Josefina Pla y las catalanas Maria-Mercè Marçal, Tina Vallès, Maria Sevilla y Mireia Calafell (estas en colaboración con Carmina Daban Sunyer).

Dovilė Kuzminskaitė basa su poesía, sobre todo, en el minimalismo estético, la armonía, la forma y el lenguaje, y eso queda de manifiesto en sus composiciones, pero durante nuestra conversación aclara: “Creo que no tengo una agenda poética, es decir, esas características se forman en mí sin que yo haga un esfuerzo consciente. Los poemas son lo que ‘me ocurre’ en un momento dado y se dan como se les antoja darse. Además, me parece que influyen bastante en ello mis lecturas”.

Le interesan especialmente la poesía urbana (un ejemplo es “Letanía de Vilna”, reproducido aquí), la rebelión contra la sociedad, y cree que entre sus preocupaciones estético-literarias están las crisis de identidad, el vacío existencial, la soledad del individuo. “La ciudad viene a mi poesía como un elemento de mi entorno” –dice–. “Vivo en Vilna, la capital de Lituania, donde nací, y es, por lo tanto, un componente natural de mi identidad, pese a que en realidad no me considere muy urbana, disfruto más de la naturaleza, el mar, sobre todo, los bosques, y sin los veranos en el campo de mi infancia hoy no sería quien soy. En cuanto a la rebelión contra la sociedad, es más bien un impulso: me cuesta callar ante la injusticia, el mal, por lo tanto, a veces eso me desborda y aparecen en el poema. Y la soledad y ciertas crisis existenciales me parecen de vital importancia: desconfío de los individuos que no saben estar solos y que van por la vida tan felices… Y creo que si tienes una relación poco superficial con tu entorno, no puedes evitar alguna que otra crisis existencial.”

Ha escrito en algún lugar que “ser escritor es una de las dos identidades de la persona”, pero que ser docente es una “tercera identidad”. Me dice: “Fíjate, me parece que los que somos de humanidades no podemos separar fácilmente nuestra personalidad de nuestra profesión u ocupación; creo que traducir, investigar, ser docente te marca y te inunda, no hay límites entre lo que eres y lo que haces”.

Y ¿qué te motivó para interesarte por los estudios hispánicos?, le pregunto: confiesa que, en realidad, fue algo casual, pues de haber podido hubiera estudiado croata “porque el año de mi entrada en la Universidad había viajado a Croacia y aquel país me fascinó; pero como no existía esa opción, me decidí por un idioma grande, con una literatura rica y amplios horizontes”.

Al preguntarle por sus referentes literarios, responde: “En el ámbito lituano, el primer poeta que me marcó mucho de joven fue Rimvydas Stankevičius, Tomas Venclova también. La primera poeta hispanohablante que leí con devoción fue Idea Vilariño, su lirismo sentimental tuvo una gran resonancia para mí y le sigo teniendo un aprecio especial. Ahora mismo mis poetas preferidos son Juan Gelman, Piedad Bonnett y Gloria Gervitz, y entre los prosistas me gustan la mexicana Fernanda Melchor y el uruguayo Mario Levrero. Y una de las novelas que más me han impresionado es Yo confieso, de Jaume Cabré”.

En Lituania hay un debate abierto sobre lo que es y no es poesía: algunos críticos tienen puntos de vista bastante radicales al respecto, y el poeta Antanas Jonynas predica la poesía derivada del lenguaje, con las asociaciones sonoras y visuales que evoca. Pero Dovilė se desmarca y opina “que tiene razón Nicanor Parra cuando dice que “ha pasado demasiada sangre bajo los puentes/ Para seguir creyendo – creo yo/ Que solo se puede seguir un camino:/ En poesía se permite todo”.

Albert Lázaro-Tinaut

Equipo de Redacción

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