3 poemas de Isabel Esteban

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3 poemas de Isabel Esteban

TE AMO

Por encima de todas las cosas, te amo,

por encima de mí misma,

por encima de ti mismo, te amo.

Te amo, irremisiblemente, con tozudez,

de día y de noche, despierta o en sueños,

por encima de la palabra y del deseo.

Te amo como se ama a quien se quiere con un amor maduro,

amamantado de pan y polvo de estrellas.

Te amo porque me abrazas como si yo fuera tu todo,

me cobijas en tus brillantes ojos y me buscas como un animal en celo.

Te amo porque nuestras almas permanecen imantadas

por encima de nuestros cuerpos.

Te amo porque mi mundo se ha quedado pequeño desde que sé qué existes,

te conozco y me conoces y estás en todas las cosas,

por encima de lo que fue, lejos de lo que está siendo.

Te amo, resignada, sin conmiseración,

porque vives dentro de mí

y nada sin mí vivirá dentro de tu corazón,

de la misma forma que vivo dentro de ti

y nada sin ti vivirá dentro de mi corazón

porque en lo poco y en lo mucho, tú me quieres.


PUENTE DE PALABRAS

Ahora que siento que nada contigo es todo,

el mar es el fondo de tus ojos cuando me miras despacio

y te espero en silencio, apoyada en la baranda,

mientras llenas de palabras la distancia.

Ahora que has desplegado en el Puente de Piedra

un arcoíris de sueños para surcar océanos

y me sujetas con fuerza a un hilo rojo atado a tu dedo.

Ahora que paseamos lentamente por la ribera,

estrecho perímetro desembocado al mar de tus manos,

fuertes y cálidas, como hiedra verde aferradas a las mías.

Ahora que nuestras almas acompasan sus huellas bajo los arcos,

un torrente de aguas desbocadas embriaga las tierras

de caricias, abrazos y besos engarzados en palabras.

Ahora que han brotado profundas raíces del fondo del mar,

resistentes a las corrientes submarinas,

y en la playa han emergido de las profundidades

ánforas rebosantes de deseos incumplidos,

en la otra orilla una luna de estrellas será tu abrigo.

Si apenas un suspiro me separa de ti,

espérame una milésima que ya estoy contigo.

PRESENTIMIENTO

Si te presiento, arrulla el viento mis huellas,

vuela mi todo hacia la nada del desconcierto,

se apodera tu verbo de la distancia

y el tiempo de nuestra historia,

mido la milésima del instante en el que estás

y la décima del que te ausentas

y, en el silencio, te redimo e imploro clemencia.

Si te presiento, acuden los ecos de tu voz

a izar el pálpito de aquellos lugares de ensueño que habitamos,

las efemérides que transitamos en esta gran odisea,

oigo cómo se reverberan en el aire los latidos de los tambores

y el silencio va emigrando a hurtadillas del bosque de los álamos.

Si te presiento, anidan las libélulas bajo mis senos,

néctares rezuman de la puerta entreabierta de mi feminidad,

sueña el cauce seco con las aguas ardientes fluyendo

entre las riberas verdes, juncos y endrinos

meciéndose al ritmo de las galopantes corrientes sanguíneas

y rozo el silencio con la punta de la lengua creciendo el deseo.

Sólo escucho, entonces, tu aura y la mía abrazándose.

Isabel Esteban

Equipo de Redacción

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